Desde que Cristiano Ronaldo fichĂł por el Al Nasrr, el fĂștbol de Arabia Saudita se convirtiĂł en el nuevo paraĂso para los futbolistas y los que un dĂa pensaron que serĂa un remanso para aquellos que llegaban al fina de sus respectivas carreras con la idea de amasar grande fortunas y asegurarse el futuro, se equivocaron. Unos meses despuĂ©s fueron a por los mejores jugadores de Europa.

Lo de Cristiano pareciĂł una locura de un club o un gobierno. Algunos dijeron que el reino saudita solo querĂa llamar la atenciĂłn sobre su campeonato para aspirar con fuerza a la sede de la Copa Mundial de 2030, pero en el momento advirtieron que no lucharĂan por acoger el torneo con los portugueses y españoles. Pero siguieron reforzando a sus principales clubes.
Desde Arabia pescaron grandes jugadores de los principales clubes de Europa. NO importĂł hasta ahora el glamour del equipo o la ciudad donde se encontraba el jugador. Cuando quisieron a alguno, fueron a por Ă©l, en una lista interminable, que pudiera alargarse aĂșn mĂĄs, porque el mercado del paĂs levantino no cierra hasta mediados del mes de septiembre, lo cual mantiene en alerta roja a las entidades europeas.
EL PELIGRO DEL MERCADO ABIERTO
El 1 de septiembre los clubes de Europa no podrĂĄn comprar mĂĄs futbolistas. Solo podrĂĄn contratar a aquellos que no tienen clubes para suplir lesionados, pero desde Arabia aĂșn tendrĂĄn dos semanas mĂĄs para terminar de darle forma sus equipos de cara a su torneo. Y eso coloca a los clubes del viejo continente en notable desventaja, porque quien asegura que no vengan los ĂĄrabes a por sus estrellas.
En Arabia sobra el dinero. Una muestra son las cantidades exuberantes que han pagado por los jugadores, los astronĂłmicos salarios, inclusos las concesiones que hicieron con alguno, como Neymar Junior, a quien, para sacarlo del PSG, lo complacieron con todo lo que se le antojĂł, entre ellas una mansiĂłn, un jet particular a su disposiciĂłn, y una flotillas de autos de gama alta.

Pero eso, en lugar de ser bueno para el fĂștbol, lo pone patas arriba. Porque esas sumas asombrosas de dinero no ayudan a nadie y crean una burbuja peligrosa, como lo fue en su dĂa la Liga China, a donde emigraron muchos de los buenos jugadores del mundo, para volver despuĂ©s porque aquello no tenĂa ni pies ni cabezas. Y ahora puede pasar lo mismo, si la FederaciĂłn Internacional (FIFA) no toma cartas en el asunto.
Los equipos ĂĄrabes se estĂĄn reforzando con dinero que no proviene del fĂștbol. Es mĂĄs o menos lo mismo que acontece en Europa con el Manchester City o el Paris Saint-Germain, dos instituciones sufragadas por gobiernos, que tienen un Estado detrĂĄs y no ponen reparos a la hora de sacar la billetera y ofrecer dinero a un jugador para que juegue con ellos, o a un club para llevarse a alguno.
Por ahora, después del fichaje de varios de los mejores jugadores del mundo, de tener unas plantillas con salarios inflados, el mayor peligro para Europa es la duración del mercado saudita hasta dos semanas después de cerrar el europeo. Si a los equipos del reino les da por ir y pagar clåusulas u ofrecer salarios desmedidos, muchos clubes verån afectadas sus plantillas.

ÂżCUĂL SERĂA LA SOLUCIĂN AL FENĂMENO SAUDĂ?
Para que el fĂștbol funcione como lo ha hecho hasta ahora, todos los clubes tienen que regirse por las mismas normas, por mĂĄs que siempre haya alguno, en cualquier liga, que tenga facilidades para romper alguna, como ha pasado recientemente con una entidad casi quebrada, como el FĂștbol Club Barcelona, que, a pesar de todo, ha conseguido reforzar su plantilla cada año.
La directiva de la Liga que dirige Javier Tebas le ha hecho concesiones a Joan Laporta y compañĂa para que inscriba jugadores. Aquello de las palancas, que al final no fueron tanto, son apenas muestra de lo que se puede hacer. Lo mismo pasa con el PSG, surtido cada año de dinero fresco que no tiene que ver con Ă©l fĂștbol y sĂ con el petrĂłleo para hacer un equipo ganador, aunque aĂșn no lo han conseguido, al menos en Europa.
Si la FIFA, como mĂĄximo rector del fĂștbol mundial, quiere mantener saludable al mĂĄs universal, tendrĂĄ que ponerle coto a este actuar, y obligar a los sauditas a regirse por las mismas normas que el resto de las entidades. De lo contrario, los torneos de cada uno de los paĂses europeos irĂĄn a la quiebra, y cuidado si no pasa lo mismo con la UEFA Champions League, a donde quieren ingresar ya los clubes del reino saudita.
Todos esos pasos se encontrarĂĄn siempre con un oponente durĂsimo: el dinero. En este mundo el dinero lo consigue casi todo, hasta una Copa Mundial para Qatar, cuyo gobierno sobornĂł a quien quiso en el camino a resultar electa como anfitriona de una competiciĂłn que dejĂł muchos millonarios en el seno de la entidad rectora del fĂștbol mundial. Solo hay que mirar a donde fueron a parar muchos de los dirigentes.

No solo se fueron del aire Josep Blatter o Michel Platini. Varios otros presidentes de Confederaciones perdieron sus puestos, y en AmĂ©rica mĂĄs de uno cayĂł bajo el influjo del dinero qatarĂ. Esta vez, la FIFA tendrĂĄ que volver a ponerse fuerte, o tendrĂĄ un torneo glamoroso en Arabia pero saldrĂĄn perjudicados los de Italia, España, Alemania, Inglaterra y sabe Dios cuĂĄntos mĂĄs.
