Carlo Ancelotti se ha convertido en objeto de disputa por el club y la selección más laureados del mundo del fútbol, el Real Madrid español y la canarinha. Tiene trabajo en el club blanco hasta el 30 de junio del próximo año y hasta entonces lo esperará la Federación Brasileña (CBF) para darle las riendas de la escuadra nacional de cara a la Copa América, que se jugará en el verano en Estados Unidos.
La situación es inédita en cuanto a ambas instituciones. El Real Madrid nunca tuvo a un técnico comprometido con otro club o con una selección, mientras ejercía las funciones de entrenador de su primer equipo. Y tampoco la selecao aguardó por nadie como hace con Ancelotti, incluso con un adiestrador interino, que aguante el tiempo que le resta al italiano para terminar su pacto con el once español y luego asumir al frente de la canarinha.
Sin embargo, la junta directiva del Real Madrid, con Florentino Pérez al frente, tiene confianza en el entrenador que llevó al club a ganar dos veces la UEFA Champions League, y no descartan, incluso, ofrecerle una renovación al terminar la próxima temporada, siempre y cuando la actuación del equipo y su labor individual la hayan hecho merecedora. En ese caso, sería la escuadra nacional brasilera la que se quedaría colgada.
EL TIRÓN DEL REAL MADRID
Ningún club del mundo del fútbol tiene el tirón mediático del Real Madrid. Y pocas instituciones del deporte se le pueden equiparar. Eso lo saben los entrenadores y los jugadores que pasaron por el Santiago Bernabeu, con más o menos suerte. Ancelotti lo conoce todo a la perfección porque ha estado al frente del club en dos etapas, y en ambas logró subir a la cima de Europa al ganar la UEFA Champions League.
La primera vez ganó una Champions y un Mundial de Clubes, pero en su segunda temporada el equipo se descolgó en la Liga y cayó eliminado en semifinales de Europa, con lo cual el club le cerró su contrato, aunque el cariño y el respeto entre la directiva y el adiestrador quedaron intactos, razón por la cual tuvo una segunda oportunidad para la temporada 2021-2022, que también se saldó con un título europeo, el más espectacular de todo.
El Real Madrid, con Ancelotti al puesto de mando, ganó también la Liga, la Supercopa de España, la de Europa, otro Mundial de Clubes y la Copa del Rey. Todo eso en dos años, pero la eliminación en semifinales de la UEFA Champions League dejó abierta la posibilidad de que Florentino Pérez lo cesara, y en intermedio apareció la escuadra brasileña e inició una puja por él, al extremo de que le tienen el puesto guardado para cuando abandone la capital española.
La situación es rara, pero dice mucho del entrenador. Trabaja para el mejor club del mundo, el equipo que más veces ganó la Liga Española y el que más trofeos europeos tiene, con una plantilla plagada de estrellas, lo mismo veteranas que jóvenes. Y si pierde el puesto, lo espera la pentacampeona del mundo, nada más y nada menos que la única que ha asistido a todos los mundiales y que ha ganado en cinco ocasiones.
Brasil no gana desde Japón y Surcorea 2002, aquel equipo que tenía a Ronaldo, Ronaldinho, Kaká, Roberto Carlos, Cafú y Rivaldo, entre muchas otras estrellas. Y allá necesitan volver a ganar, y saben que Ancelotti es el mejor en eso de manejar los egos, de darle la confianza necesaria a las grandes estrellas que están a su mando, además de ser un ganador nato, y eso es lo que necesita la selección brasileña.
EL CAST PARA SUSTITUIR A ANCELOTTI
Cada vez que quede vacante el puesto de entrenador en el Real Madrid, se hablará de dos hombres: José Mourinho y Zinedine Zidane. Ambos marcaron, de diferente manera, los últimos tres lustros del club junto a Carlo Ancelotti. El presidente y la afición no los olvidan, y ellos no dejan de tener presente al club blanco, aunque no vayan por ahí diciéndolo una y otra vez. Si sale Ancelotti, antes de pensar en otros, Florentino Pérez y la directiva volverán a mirar hacia ellos.
Zizou tiene más opciones que Mou. Es cierto que su gran anhelo es entrenar a la selección nacional de Francia, pero ya lleva dos años en el paro y va para tres, mientras Didier Deschamps sigue al frente de Les Bleus, sin saber hasta dónde llegará su aventura. Y el eterno 5 del Real Madrid siente la necesidad de volver a los banquillos, y el del Bernabeu lo apasionará siempre, más allá de alguna ingratitud pasajera.
Zidane es madridista de corazón. Allí jugó, fue asesor, entrenador del Castilla, segundo de Ancelotti y allí ganó tres Champions seguidas como entrenador, algo que no ha hecho nadie jamás. También se impuso en el resto de las competiciones. La afición lo quiere, los jugadores lo respetan y Florentino le tiene un cariño infinito. Así que no sería extraño que volviera, más que Mou a quien muchos consideran que su tiempo pasó.
Hay otro entrenador al que desde Madrid han tenido siempre en cuenta, pero no han podido llevar al Bernabeu, el alemán Jurgen Klopp, quien renovó hace poco con el Liverpool, una condición que todos sabemos que puede cambiar de un momento a otro, porque cuando el Madrid pactó con Ancelotti entrenaba al Everton y todo se resolvió con el pago de su finiquito. No es un problema en el fútbol sacar a un técnico de un lugar, aunque parece que sí con Klopp.
Si embargo, hay una opción que podría estar por delante de todos ellos: Xabi Alonso. El otrora centrocampista blanco, que jugó también para la Real Sociedad, el Liverpool y el Bayern Múnich, ha trabajado a las órdenes de los mejores técnicos del mundo, de los cuales algo debe haber aprendido, porque le ha ido muy con el Bayern Leverkusen. Podría ser el relevo de Carletto, con el aval, además, de haber entrenado a las categorías inferiores del Real Madrid.
Y si no cristalizase un acuerdo con ninguno de ellos, el equipo blanco tendría aún dos ases bajo la manga: el excapitán Raúl González, quien trabaja con el Real Madrid Castilla, y otro campeón de Europa, Álvaro Arbeloa, adiestrador del Juvenil A, y a quien muchos ven, a corto plazo, al frente del equipo principal. Por eso no asusta a la directiva la salida de Ancelotti, aunque por ahora, según cuentan desde el entorno de ambos, hay buena sintonía, más allá de lo que digan desde Brasil.
