El español Carlos Alcaraz vuelve a ser número uno de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Recuperó la posición de puntero tras imponerse por 6-3 y 6-2, en una hora y 10 minutos, al ruso Daniil Medvedev en la final de Indian Wells, el primer Master 1000 de la temporada que se juega en territorio estadounidense. De paso, sumó el octavo título de su carrera y el primero en la lid californiana.
Aquejado durante varias semanas por una lesión, el jugador murciano vio cómo Novaj Djokovic, que ganó el Abierto de Australia, a principios de año, le arrebataba la condición de número uno del mundo, pero el serbio no pudo entrar a Estados Unidos para jugar en Indian Wells, por no haberse vacunado contra el coronavirus, y Alcaraz aprovechó la oportunidad para destronarlo.
Sin embargo, la diferencia entre ambos es tan pequeña, apenas 260 puntos, que el español está obligado a ganar el Master 1000 de Miami, donde ya se impuso en la temporada anterior, para evitar caer de nuevo al segundo puesto del ranking y ceder su condición a Djokovic. En el torneo que se juega en la Florida, el ibérico es primer cabeza de serie y gran favorito para llevarse el título.
¿ESTÁ DE VUELTA EL CAMPEÓN DEL US OPEN?
Alcaraz tuvo un año impresionante en 2022, que coronó con el título en el cuarto y último Grand Slam del año, el US Open, una lid en la que jugó de menos a más, y en cuya final venció al noruego Casper Rudd, con lo cual dio el salto al número uno del mundo, una condición que mantuvo hasta que recientemente cedió su corona al noruego, el hombre que más tiempo ha encabezado la ATP en su historia.
Por cierto, Medvedev y Alcaraz se enfrentaron por segunda vez. Con anterioridad se vieron las caras en Wimbledon 2021, cuando el español era apenas número 75 del mundo y solo enseñaba modales de buen tenista y no en el fenómeno que estallaría unos meses después. El ruso estaba a tope y ocupaba la segunda posición mundial, por lo que el triunfo del moscovita no constituyó ninguna sorpresa con parciales de 6-4, 6-1, 6-2 .
Ya en 2022 comenzó el meteórico ascenso del español, que ganó dos Master 1000, el de Miami donde defenderá corona en breve, y el de Madrid, triunfos que sumados al reciente en Indians Wells lo convierten en el primer tenista menor de 20 años con tres trofeos en estos campeonatos desde que lo lograra Rafael Nadal, quien se impuso en seis ocasiones antes de cumplir las dos décadas de vida.
Sin embargo, 2023 no ha tenido un buen inicio para Alcaraz, quien ha arrastrado problemas físicos, a pesar de que parece recuperado y en condiciones de volver al mejor nivel con la intención de sumar su segundo título de Grand Slam, algo que pudiera ocurrir en las pistas de arcilla de Roland Garros, en París, o en las de césped de All England Club, en la capital británica.
En uno y otro lugar se topará con dos monstruos del tenis mundial, como su compatriota Rafael Nada, quien ganó nueve veces Roland Garros, y que quiere un título más para intentar romper el empate a 23 majors con Djokovic, multivencedor en Londres, a donde llegará de nuevo como gran favorito. Sin embargo, Alcaraz no es de los que se achica ante el nivel del contrario.
A UN AÑO DE PRESENTAR CREDENCIALES
Desde hacía meses se escuchaba su nombre y los entendidos del llamado deporte blanco hablaban de un chico español de muy buen juego, de un formidable revés y mejor drive, que peleaba cada punto como si fuera el último, muy al estilo Rafa Nadal, pero lo cierto es que apenas tenía visibilidad, porque para lograrlo hay que ganar algún grande, o, cuando menos, un Master 1000.
Y eso hizo Alcaraz en Miami, en 2022: presentó sus cartas credenciales, que mejoraron mucho más en los meses siguientes, al extremo de que alguno no descartó la posibilidad de que se convirtiera en un futuro no muy lejano en el verdadero heredero de los tres grandes de los últimos años: su compatriota Nadal, el serbio Djokovic, y el recientemente retirado Roger Federer.
No se trataba de un jugador al estilo del británico Andy Murray, el francés Richard Gasquet, el búlgaro Grigor Dimitrov, el griego Stéfanos Tsitsipás, el suizo Stan Wawrinka, el estadounidense John Isner, el canadiense Milos Raonic, el alemán Alexander Zverev, el argentino Juan Martín del Potro, y el japonés Kei Nishikori, entre muchos otros. Este era diferente, tenía ese halo mágico que arrastran los campeones.
Cierto que tanto Murray como Medvedev consiguieron grandes cosas, torneos de Grand Slam incluidos, pero el epsod el llamado Big Three los aplastó por completo y fueron -o son- segundones que todos tienen en cuenta a la hora de hacer algún pronóstico, pero no tanto como para darlos siempre como favoritos en cada lid en las que incursionan. Con Alcaraz es diferente.
Hace exactamente un año escribíamos acá: 'Alcaraz tiene un físico envidiable y al parecer una cabeza bien amueblada. Si ambos lo continúan acompañando, su tenis no solo le puede dar para ganar un Grand Slam, como prometió después de Miami, sino para disputar y adueñarse del número uno del mundo. Solo necesita tiempo y ese le sobra'. Y ya vemos que ha conseguido todo eso, pero quiere más.
