A la margarita de Mbappé se le acaban los pétalos

Desde que el PSG francés rechazara una oferta de 200 millones de euros del Real Madrid, en el verano pasado, por Kyllian Mbappé, la vida del futbolista ha sido objeto de un escrutinio público total. No ha pasado un día sin que su comportamiento público o en las redes sociales sea estudiado al detalle. El futbolista, mientras, ha deshojado la margarita y mantenido el suspenso sobre su próximo destino. Pero los pétalos están a punto de terminar.

Mbappé es hincha del Real Madrid desde pequeño. Su habitación estuvo siempre llena de afiches alegóricos al club español y a sus principales jugadores. Es fácil encontrar fotos que den fe de ello. E igual, lo corroboró hace meses en un libro biográfico en forma de historietas.

Cuando tenía 14 años, incluso, estuvo en Valdebebas, la ciudad deportiva del Real Madrid, y se hizo fotos con todos sus ídolos, sobre todo con Cristiano Ronaldo y Zinedine Zidane, en ese entonces segundo entrenador.

Unos años después, luego de explotar como jugador en las filas del Mónaco, en la temporada 2017-2018, el Madrid fue a por él, pero el atacante prefirió irse al PSG, el club de su ciudad, ante la duda del Madrid de ofrecerle la titularidad incondicional.

El jugador dejó siempre la puerta abierta a una salida al Real Madrid. Ya en la gala del fútbol francés de 2019 recordó que necesitaba un proyecto ganador a su lado o se plantearía la posibilidad de irse a otro lugar a cumplir sus objetivos, que no son otros que ganar una Liga de Campeones y el Balón de Oro.

Pero en el PSG, propiedad del Gobierno de Qatar, se encontró una jaula de oro de la que no resulta fácil salir, a menos que el emir quiera abrir la puerta y permitirle a alguien emprender vuelo.

Desde entonces el PSG le ofreció una renovación tras otra y Mbappé se mantuvo siempre firme y dejó pasar las ofertas, hasta que en el verano de 2021, a un año de terminar su pacto con el equipo del Parque de los Príncipes, llegó el ofertón del Real Madrid.

La prensa especializada, los analistas más reconocidos y hasta los propios jugadores pensaron que lo dejarían salir, pero desde Qatar se tomaron como una ofensa la propuesta de Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, y emprendieron una cruzada por la renovación del jugador, que tiene en ascuas a sus seguidores en medio mundo, sobre todo en las filas de uno y otro equipo.

Mbappé fue claro entonces y dijo que en caso de salir solo lo hubiera hecho al Real Madrid. Sus palabras solo incentivaron al presidente del PSG a presentarle nuevas ofertas de renovación, cada una de las cuales, siempre según los medios, más tentadora.

Algunos medios especularon que Mbappé diría en enero que se iría al Madrid, pero no ocurrió. Luego que sería después del emparejamiento entre ambos clubes en los octavos de final de la Champions -que ganó el Real Madrid, pese a dos goles suyos-, y luego que una vez hubiera terminado la Liga Francesa, cuyo último partido se juega este fin de semana.

El fin se semana anterior, luego de acudir a la Gala de la Liga Francesa, Mbappé respondió a las preguntas de varios medios de prensa y dejó un grupo de guiños, como suelen llamar los medios a sus posiciones ante una u otra pregunta, pero, sobre todo, aclaró que la decisión estaba tomada y que la comunicaría en breve. Alguien le preguntó que si sería para el 28 de mayo, día en que la selección francesa se concentra para la Liga de las Naciones, y dijo que no, que sería mucho antes.

Ese día, el Madrid se mide en París al Liverpool en la final de la Champions, un partido que de seguro Mbappé hubiera querido jugar, pero que necesariamente tendrá que ver desde un palco o desde el hotel de concentración. Eso sí, con una decisión tomada y anunciada.

Para muchos, yo entre ellos, el Real Madrid tiene un pacto con el jugador. Una cifra brutal, que si bien no podría compararse nunca en salario con lo que puede ofrecer el PSG, le permitirá por otros conceptos -derechos de imagen- pasar a ser el jugador de más ingresos del mundo del fútbol.

Solo así se explica que Florentino Pérez haya dejado escapar al noruego Erling Haaland al Manchester City. Sobre todo si todos tenían claros que el atacante nórdico tenía debilidad por el llamado equipo blanco. Sin embargo, hasta algunos medios de prensa muy afines a la cúpula madridista han tomado posiciones medio encontradas en los últimos días, y en lugar de mantener aquello de que todo estaba hecho, decir que tienen dudas.

Es fácil de entender. Mantener el suspenso hasta el final le traerá cada día miles de nuevos lectores o televidentes. Todo lo contrario a si revelan el fichaje definitivo del jugador, que podría tener, en el Santiago Bernabéu, la presentación más grandiosa de la historia del más universal.

Mientras, el PSG insiste. Sube las ofertas, habla de nuevos proyectos, de un hipotético técnico nuevo, algunos medios especulan con la salida del brasileño Leonardo como director deportivo, sin embargo todo parece indicar que en este caso todos los caminos conducen a Madrid.

Si el jugador hubiera aceptado las ofertas del PSG, o de Qatar, solo lo hubiera dicho. Está en ese equipo y no necesita limitarse por ninguna razón. Pero si tiene en planes, o decidido, marcharse, todo puede ser diferente, porque, a fin de cuentas es parisino, ese es el club de su ciudad, y en el intento de evitar su salida se ha involucrado hasta el presidente del país, Emmanuel Macron.

Para mí, Mbappé deja el PSG. Si es así, sería un movimiento descomunal para el equipo blanco, que volvería a contar con la estrella más grande del universo fútbol. Y para el jugador significaría vestir la casaca del equipo de sus sueños y demostrar que no todo es dinero en este mundo -aunque cobrará cifras astronómicas igualmente-, pero si eso no ocurre, el golpe para Florentino Pérez será demoledor.

Eso sí, el momento es ahora, porque si la estrella del fútbol francés se cierra la puerta del Madrid en este momento, será para siempre. La exigente afición blanca no se lo perdonará nunca y no le dará otras oportunidades. Sin embargo, es fútbol y en este mundo todo es posible. Así que, por el momento, queda esperar a que Mbappé termine de arrancar los últimos pétalos a su margarita.