Los árbitros y los sistemas de videoarbitraje, más conocidos como VAR, no salen de una para entrar en otra. las polémicas llueven, una tras otra, sobre todo en España y en Italia, donde, en los últimos días, le han echado combustible a las llamas, con decisiones polémicas y manipulaciones, aunque los que controlan los estamentos afines siguen en silencio, como si todo estuviera bien, en medio de un sinfín de denuncias en los medios.
En España estalló hace un año el llamado Caso Negreira, un escándalo que llegó a la Fiscalía porque Hacienda inició investigaciones sobre el otrora vicepresidente del Comité Técnico Arbitral (CTA), José María Enríquez Negreira, quien recibió 7.3 millones de dólares del Barcelona, durante 17 años, para, según sus propias declaraciones, no permitir que el club catalán fuera perjudicado.
Luego corrieron otras versiones, entre ellas la de los supuestos informes arbitrales, redactados, según alguno que ha salido a la luz pública, por estudiantes de primaria, con serios problemas de ortografía y concordancia. Un año después, justo hace unas horas, el juez a cargo del caso convocó a declarar a Negreira, quien se estaba sometiendo a exámenes médicos para alegar que su salud mental no le permitía recordar nada.
PERO VAYAMOS A ITALIA
El Calcio italiano, que ha vivido en los últimos 40 años más de un escándalo por amaños y compras de partidos, vuelve a estar en el centro de la polémica y un silbante, sin revelar su identidad, habla de ligas falseadas, lo cual pone el ojo en el colectivo arbitral y devuelve las dudas a un torneo que no hace mucho estuvo en problemas, incluso con la pérdida de la categoría y de títulos para alguno de sus equipos.
El programa "Le lene' conversó con un árbitro en activo de la Serie A, y aunque esté no quiso revelar su identidad, por razones lógicas, sembró la duda sobre el resto del colectivo, sobre todo por la forma en que opera el sistema de videoarbitraje, además de generar tensiones sobre los encargados de impartir justicia, una situación que tuvo su culmen en la Gran Final de la Copa de Italia, disputada entre el Inter de Milán y el Nápoles.
En ese choque, el delantero argentino del club napolitano Giovanni Simeone recibió dos tarjetas amarillas que terminaron por hacer explotar el sistema. Después, 'Le Jene' entrevistó al árbitro y aunque este prefirió mantener su identidad en secreto, sus declaraciones han avivado la llama sobre la posibilidad de que haya amaños o de que algún árbitro haya decidido perjudicar a alguno de los equipos participantes.
Según el árbitro, durante toda la temporada italiana han ocurrido hechos inexplicables, errores por supuesto, tanto en el campo como en el VAR, y se cuestionó los motivos por los cuales, teniendo en la mano toda la tecnología posible, con imágenes muy nítidas, cómo es posible que se equivoquen los del campo y también los del VAR, algo que él no logra entender y sobre lo cual pide revisión.
El arbitro advierte que hace sus declaraciones por amor al juego y puso ejemplo de decisiones onconcebibles, entre ellas un penalti birlado al Bolonia ante la Juventus de Turín, o una mano de de Christian Pulisic en el Genoa-Milán, o la falta de Bastoni en el Inter-Verona justo antes del gol que resultó decisivo. Aclaró que no solo se equivocaron los árbitros de campo, sino que también lo hicieron desde la sala VAR, algo que resulta inexplicable.
ESPAÑA SIGUE CALIENTE
El partido entre el Real Madrid y el Almería sirvió como detonante en España, donde cada semana se habla más de los árbitros que de otras cosas. En tres jugadas del partido intervino el VAR, todas cuando el equipo blanco iba debajo, y en ninguna se benefició al rival, sino al equipo de casa, en una situación que causó un revuelo enorme, sobre todo de la prensa pro Barcelona, que no es poca en España ni en todo el mundo.
Pudieron haberse equivocado desde el VAR al intentar ayudar al árbitro de campo. Las jugadas fueron grises, pero ahí no terminó todo, porque unas horas después se filtraron las conversaciones entre el árbitro en el terreno y los del VAR en más de un partido, incluyendo el choque entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en los octavos de final de la Copa del Rey, donde los blancos cayeron eliminados.
En un lance del juego, un pisotón del argentino Rodrigo de Paul sobre un jugador del Real Madrid, se escucha con claridad como desde el VAR prefieren pasar de largo, porque de Paúl ya tenía una tarjeta amarilla y ese pisotón podría ser la segunda y entonces el Atlético, otro de los que enfoca sus cañones contra el Real Madrid, se hubiera podido quedar con 10 hombres en la cancha, con mucho tiempo por delante, y tal vez, o muy probablemente, no hubieran ganado.
Ante esta situación, los medios, los influencers, incluso jugadores y directivos, hacen un revuelo tremendo, pero nadie del cuerpo arbitral sale a dar la cara. No explican nada, no toman medidas, ni renuncian, algo que debió ocurrir desde el mismo momento en que se conoció lo del Caso Negreira, en el cual hay algunos que aún dirigen el colectivo arbitral y hasta actuantes involucrados.
Mientras el juez sigue con sus investigaciones, entrevista a árbitros, recupera documentos y dice que Negreira tiene que responder a la Fiscalía, el prestigio del arbitraje español anda por los suelos. La culpa se la pueden echar a cualquiera, pero mientras no salga a la luz todo lo relacionado con el Barcelona y Negreira, y renuncien los actuales dirigentes del CTA, todo continuará igual, con dudas constantes sobre los encargados de ser lo más justo posibles.