Todo parece indicar que los directivos de Wimbledon, aceptaran que en la próxima edición del Grand Slam, que se dará entre el 3 y el 16 de julio, los tenistas de origen ruso y bielorruso puedan competir. De no permitirlo como en el 2022, se arriesgarían nuevamente a las sanciones por parte de la ATP y WTA.
El serbio Novak Djokovic, último campeón de Wimbledon y presidente de la asociación sindical de jugadores (PTPA), espera que todos los jugadores sin importar su nacionalidad, puedan presentarse en las pistas del All England Club, el próximo verano.
Mi deseo es que todos jueguen tanto en Londres como en cualquier otra parte del mundo".
Novak Djokovic