Para el mundo culé, ese relacionado con la historia del Fútbol Club Barcelona, Xavi Hernández estará siempre en el Olimpo. No hay cinco personas más queridas para los seguidores del referido club que el otrora centrocampista y ahora entrenador, sin embargo una cosa es el futbolista que guió con sus botines al club en su mejor etapa y otra el técnico incongruente, que encuentra siempre una justificación ante el fracaso.
Para algunos, Xavi solo cede en protagonismo en la historia del Barça ante Johan Cruyff y Lionel Messi. Puede parecer exagerada la frase pero no se puede olvidar que fue trascendental en aquella época del pasado reciente en la que el equipo lo ganó todo, incluyendo cuatro veces la UEFA Champions League, siempre como protagonista, junto al propio Messi, Iniesta, Ronaldinho, y alguno más.
Algunos, un poco más exigentes, dirán que Guardiola fue el artífice de la gran etapa del Barça, que de no haber sido por él no se hubiera ganado un sextete, ni Xavi ni sus compañeros habrían llegado a donde estuvieron, porque también fueron importantes muchos de ellos en los dos títulos de Eurocopa y una de Copa Mundial que ganó España. Eso sí, una cosa no tiene que ver con la otra: fuiste un gran jugador, pero como técnico estas en el aire.
LAPORTA LE HIZO LA CRUZ
Cuando Joan Laporta se presentó como candidato a la presidencia del FC Barcelona, Xavi era el entrenador del proyecto que llevaba Víctor Font, otro de los aspirantes. Por entonces, el otrora centrocampista entrenaba en Qatar, el técnico era Ronald Koeman y el Barça daba trompicones en la La Liga y sufría en Europa. Laporta ganó y dejó a un lado sus escrúpulos electorales, se hizo eco del clamor popular, y trajo a Xavi como técnico.
Al mundo del fútbol no le gustó la forma en que Laporta despidió a Koeman, una gloria del club y autor del gol que le dio la primera Champions al Barça. Se terminaba 2021 y el nuevo presidente necesitaba lavar su imagen, luego de haber dejado partir a Messi al PSG, a pesar de que una de sus promesas de campaña fue hacer todo lo posible para que se quedara en Barcelona y se retirara como jugador blaugrana.
Desde su nombramiento como técnico hasta finales de la temporada 2021-2022 todo fueron penas para Xavi: quedó fuera de la UEFA Champions League desde la Fase de Grupos, y luego, en la UEFA Europa League, cayó ante el Eintracht de Frankfurt en un partido de vergüenza en un Camp Nou con más aficionados germanos que seguidores del club, la mayoría de los cuales revendió sus boletos para permitir que las gradas se pintaran de blanco.
Al año siguiente ganó la Liga, gracias, sobre todo, al acierto de Robert Lewandowski y a las salvadas de MArc-Andre Ter Stegen, pero el juego del equipo dejaba mucho que desear. El técnico, mientras, aducía, una y otras vez que el césped no era el ideal, que los horarios no favorecían a sus jugadores, que le faltaba profundidad a la plantilla, que los árbitros obraron en contra, o sencillamente que la suerte no estuvo de su lado.
Laporta no dijo nada cuando, por segunda vez cayó en Europa -en otras dos ocasiones al hilo- porque ganó La Liga y la Supercopa de España, en Arabia Saudita, pero el arranque de la presente campaña, a pesar de haber pasado por primera vez en tres años a octavos de final de la Champions, han estado marcados por un marrón detrás de otro, incluso con críticas de algunos de los pesos pesados de la plantilla, que han salido a desmentir al entrenador.
LOS DÍAS CONTADOS
En el mercado de fichajes del verano llegó a la plantilla Ilkay Gundogan, el centrocampista alemán que acababa de ganar la Champions con el Manchester City de Pep Guardiola. Gundogan explotó tras la derrota ante e Real Madrid, por 1-2 en el Estadio Olímpico de Montjuic. No se creía el internacional germano que el mensaje del técnico tras el revés fuera aquel de que jugamos mejor. Pensé que era un club más exigente, dijo.
Luego, en otra rueda de prensa, el técnico dijo que al equipo le había faltado intensidad, y se tropezó con otro de los recién llegados, también desde el Manchester City, el portugués Joao Cancelo, quien puso en dudas las palabras del entrenador. No creo que haya faltado intensidad, comentó, como dejando entrever que los jugadores lo dieron todo en la cancha, pero el equivocado fue el planteamiento táctico. Y Laporta no lo olvidó.
En dos años, el presidente le trajo a Xavi a cuanto jugador pidió, pero después de la derrota por 2-4 ante el Girona, en campo propio, el técnico dijo primero que cualquiera de los dos equipos pudo ganar, que el Barça jugó bien, que hizo infinidad de tiros a puerta, y recalcó que era un equipo en construcción, lo cual destapó miles de memes en las redes sociales, como mofa a las palabras del entrenador.
Luego, en la rueda de prensa previa al último partido de la fase de grupos de la Champions, matizó aquello de equipo en construcción, pero ya el presidente le había hecho la cruz de manera definitiva, incluso negó, en público, mantener la fe en su entrenador. A las preguntas de los medios, a las que habitualmente Laporta reponde, le dio evasivas, lo cual hace entender que el futuro de Xavi está en el aire.
Estas líneas saldrán antes del partido en Amberes, unos días después de alguna foto molesta de Laporta con Rafa Márquez, el sustituto natural de Xavi, y apenas unas horas después de que la directiva pasara por encima del técnico y lo obligara a meter en la expedición a Bélgica a Lewandowski, Gundogan y Ronald Aráujo, tres que había dejado inicialmente fuera del último partido de Champions. Al parecer, las horas están contadas.