Quedarse sin objetivos por los cuales pelear desde el mes de abril, es lo peor que puede pasarle a un equipo de fútbol. Porque esos meses hasta el final de temporada, de apertura del mercado de fichajes, de inicio de los entrenamientos y arranque de los próximos torneos, pueden ser demasiado largos, extenuantes y aburridos, y no solo para el club, sino también para la afición, que es más peligroso.
A ver, es mejor no tener objetivos por los que luchar, pero tener asegurados puestos en competiciones europeas o garantizada la permanencia, que tener que disputar hasta el último de los encuentros con la sombra de un descenso sobre las piernas, muchas veces cansadas de los jugadores. Lo ideal sería jugar alguna final o tener asegurado al menos un trofeo.
Pero en el fútbol no todo es como quieren los que hacen planes o lanzan los vaticinios. A veces crees que tienes una plantilla para pelear por todo, pero te vas en blanco. Un bajón de uno o más jugadores, alguna lesión larga, contratiempos de cualquier tipo, pueden hacer que te quedes fuera y que los objetivos que considerabas posibles se conviertan en una quimera inalcanzable.
UN SUEÑO, AL MENOS
El Barcelona vive en estos momentos esa situación. A finales de abril no tiene ya objetivos por los cuales competir, las especulaciones sobre la llegada de un gran entrenador se han ido desvaneciendo, y tal como están las cosas con el dinero, parece que el mercado de fichajes de verano será más frío que en otras ocasiones, además de que están obligados a vender a alguna de sus grandes figuras.
Para el Barça entrar en Europa no es un problema. Lo tiene hecho. Más complicado pudiera ser asegurarse es segundo puesto, que permite jugar la Supercopa de España, cuya sede es Arabia Saudita, y que representaría ocho millones de dólares. Ahora mismo tienen los catalanes 70 puntos, dos por encima del Girona, el otro equipo que pudiera arrebatarles esa posibilidad.
A la Supercopa ya clasificaron los dos finalistas de la Copa del Rey, Athletic Club de Bilbao y Real Mallorca, y a ellos se unirán el campeón de Liga, casi seguro el Real Madrid, y su escolta. La diferencia de dos puntos, con seis fechas por jugar, no es definitiva ni mucho menos, sobre todo si tenemos en cuenta que Girona y Barça se medirán el 4 de mayo en el Estadio Montilivi. Los locales de esta ocasión, golearon en la primera ronda en el Olímpico de Montjuic.
Más allá de eso, nada hay en juego, y solo muchos rumores, en una temporada que la directiva y el cuerpo técnico quisieran olvidar, pero que ya no pueden. Perdieron la Supercopa en Arabia, cayeron eliminados en la Copa del Rey, se dejaron remontar por el Paris Saint-Germain en los cuartos de final de la Champions, y le sirvieron La Liga en bandeja de plata al Real Madrid.
Encima de eso, perdieron a Gavi, uno de sus mejores jugadores, para toda la campaña por lesión, vivieron el anunció de abandonar el club del técnico Xavi Hernández, las rajadas de Ilkay Gundogan, el mal momento de varios jugadores, entre ellos Pedri, o los errores garrafales de Joao Cancelo en los partidos decisivos de la temporada. En esa situación, toca pensar en el verano.
INCERTIDUMBRE CON EL ENTRENADOR Y CON LAS VENTAS
Para los culés, Xavi no será más entrenador del equipo. La directiva no lo tiene tan seguro, y el propio entrenador le da vueltas y vueltas a la posibilidad de quedarse, de darle marcha atrás al tema, y aparecer en público y decir que "donde dije digo, digo Diego". No estaría mal pensado, sobre todo porque no hay dinero en el club para fichar a nadie mejor, ni para traerle refuerzos.
Hasta ahora, el único candidato para un hipotético reemplazo sería Rafa Márquez, sin experiencia en la élite. Y quién va a asegurar que le irá mejor que al entrenador actual. Entonces, la directiva, sobre todo el presidente Joan Laporta, se aferrarán a aquello de que más vale malo conocido que bueno por conocer. Aunque desde ahora hasta junio aún pueden ocurrir muchas cosas en Can Barça.
Sobre el tapete está también la venta de jugadores. En primera instancia para contar con dinero que poder invertir en reforzar la plantilla, y para quitarse salarios altísimos de encima, fruto de malos manejos de la directiva anterior y la presente. En la lista aparecen Frenkie de Jong, Ronald Araújo, Robert Lewandowski, y hasta alguno más, todo con la intención de mantener a los jóvenes, a los que Laporta declaró intransferibles.
ESo sí, a estas alturas, nadie se cree la oferta de 200 millones de euros que, supuestamente, algún le hizo por Lamine Yamal. Si hubiera sido así, hace rato hubieran anunciado su venta. También es complicada la salida de De Jong y Lewandowski, por los salarios que cobran en Barcelona, casi inasumibles para clubes de otros países, a menos que algún equipo saudí se interese en ellos.
El que sí puede salir, porque tiene mercado, es Araújo. El uruguayo es un zaguero hecho, pero tampoco podrán sacar por su venta 120 millones de euros -o cien- como vociferan algunos medios cercanos al club. El charrúa se irá por una cantidad entre los 70 y 80 millones de euros, que no está mal. Mientras, la directiva y sus voceros buscarán otros motivos para ilusionar a la afición, porque ya no quedan muchos.