La selección femenina de España acaba de coronarse en la Copa Mundial que tuvo como sede a Australia y Nueva Zelanda. La Roja lo hizo a lo grande, con victoria en el partido final ante Inglaterra, para convertir a su país en uno de los dos que ostenta al menos un título mundial entre hombres y otro entre mujeres. Antes, solo lo habían logrado seleccionados de Alemania.
España lo hizo a lo grande, luego de problemas internos que afectaron a la selección durante meses, por un grupo de jugadoras que pidió la salida del seleccionador Jorge Vilda. Una docena de ellas, incluso, se perdieron el Mundial, porque no pudieron ganarle el pulso al técnico y terminaron por ser excluidas. Con ese panorama, incluso, España fue la mejor escuadra del torneo y se llevó el trofeo a casa.
La actuación de la escuadra ibérica fue mucho más importante, porque en el tercer partido de la fase de grupos encajó una goleada sonora a manos de las japonesas. Con ese triunfo, las asiáticas se aseguraron pasar de ronda, pero las españolas sufrieron un golpe duro, que generó dudas no solo entre los aficionados y directivos del fútbol en el país, sino en el propio cuerpo técnico y la nómina.
A ver que yo me entere: entonces alguien ha dimitido o no? Qué ando perdido…
Iker Casillas
LUIS RUBIALES OTRA VEZ CENTRO DE LAS POLÉMICAS
El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, es un hombre polémico, de esos que suelen estar siempre en el candelero. Hace un par de años salieron a relucir unos mensajes suyos a Gerard Pique, y viceversa, en los cuales se hablaba de algunos manejos no muy claro en el proceso para llevar a cabo la Supercopa de España a Arabia Saudita, el mismo país que ahora se roba el show del fútbol mundial con grandes fichajes.
En aquellas conversaciones, filtradas por la prensa, Rubiales quedaba mal parado. Por semanas, algunos medios se cuestionaron su accionar, y hubo voces que pidieron su dimisión, pero el directivo pasó de las críticas, ofreció alguna entrevista para lavar su imagen y al final todo quedó en nada. Sigue siendo el presidente del organismo, electo sin oposición, después de la renuncia del único candidato antes de las votaciones.
Por cierto, ese candidato era Iker Casillas, el otrora portero del Real Madrid y de la selección, quien ahora, al conocerse lo del beso a Jenni Hermoso en plena celebración del título, ha salido a preguntar, como quién no quiere las cosas, si habrá renuncia en la cúpula de la Federación o no. Pero no fue el exarquero el único que se pronunció sobre el momento que protagonizó Rubiales.
Cuando las jugadoras recibían las medallas, el presidente de la RFEF abrazo a cada una, pero con Hermoso, una de las estrellas de la selección nacional, se le fue la efusividad, le tomó la cabeza con las manos y la besó en los labios. Aquel gesto sentó mal en media España, sobre todo en la clase política, en el entorno del gobierno, y en los dirigentes de algunos ministerios.
En un principio, Rubiales respondió con altanería. Consideró una gilipollez que se expresaran así, pero después, al ver el tono que iban tomando las críticas, no tuvo más remedio que darle marcha atrás y grabar un vídeo en el que ofrece sus perdones, pero, al parecer, la gente quiere más. Y no solo las personas o los defensores de los derechos de la mujer, sino la cúpula que gobierna el país.
DÓNDE QUEDARÁ LO DEL BESO DE RUBIALES A HERMOSO
La propia Jenni Hermoso, que en un principio dijo que había sido sorprendida por el beso y que no le había gustado, trato de restarle importancia al asunto y advirtió que eran situaciones que se daban en momentos de máxima exaltación, y aclaró que tiene muy buena relación con el presidente de la RFEF. La madre de la jugadora también dijo algo parecido, con la intención de a`pagar el fuego, pero dos días después parece más vivo que nunca.
El ministro de Cultura y Deportes, Miguel Iceta, pidió a Rubiales explicaciones y consideró inaceptable el proceder, en tanto Irene Montero, la titular de Igualdad, consideró el gesto como violencia sexual contra las mujeres, una posición idéntica a la asumida por Ione Bellarra, secretaria general de Podemos y ministra en funciones de Derechos Sociales y Agenda 2030 en el gobierno de Pedro Sánchez.
Incluso, el propio presidente del Gobierno reclamó explicaciones al dirigente de la RFEF y cuando este hizo público un vídeo con las disculpas, insistió en que no bastaba con algunas justificaciones, en un pedido abierto a una renuncia del máximo dirigente del fútbol español en general. Y todo eso ocurrió cuando aún no se había filtrado el otro vídeo, el del propio Rubiales, en el palco de honor de la final, agarrándose sus partes íntimas.
Rubiales tiene fama de buen negociador, de hombre de negocios exitoso, de haber salido ileso de más de una cruzada, pero esta puede costarle cara. Si la avalancha de críticas en su contra se mantiene y se siguen sumando posiciones a favor de una acción más rotunda que una simple disculpa, vídeo mediante, lo tendrá complicado, y ni sus amigos de la prensa ni nadie lo salvará.
A estas alturas, algunos de los que lo defendieron, consideraron normal lo del beso, o llamaron a no prestarle la menor importancia, se han disculpado por su defensa, o han pasado a ser críticos. En ese mar revuelto tendrá que navegar el directivo, al menos por los próximos días. Y tendrá que conseguir que las aguas a su alrededor se calmen o no tendrá más remedio que dimitir. Aunque hasta ahora, por su cabeza no pasa dejar el puesto.