Aurelién Tchouaméni es un fijo para Didier Deschamps en la selección francesa. Nadie le disputa el puesto con Les Bleus y el entrenador no quiere riesgos ni disputas. Tiene claro que la escuadra nacional juega mejor con Tchouaméni de cinco y eso no se toca. Por esa solvencia, el potencial físico, su facilidad para ir al quite y al corte, y la claridad defensiva se ha ganado un puesto de importancia en una de las mejores elecciones del mundo.
Por esas razones llegó al Real Madrid hace un poco más de año y medio. El equipo blanco lo fue a buscar al AS Mónaco. El proyecto del equipo español, la reciente consecución de la decimocuarta UEFA Champions League y la presencia de Eduardo Camavinga en el Santiago Bernabeu decantaron la balanza a favor del Real Madrid, que le entregó desde el primer día las manijas del medio campo, a pesar de algún peso pesado en el vestuario en esa demarcación.
De hecho, cuando el otrora titular de esa posición, el brasileño Casemiro, supo que Tchouaméni llegaba para su puesto, no dudó en aceptar una oferta que llegó desde Old Trafford para jugar para el Manchester United. Case, quien ganó cinco veces en Europa con la camiseta blanca, decidió dar un paso al costado y hacerle espacio al pianista, como han dado en llamar sus compañeros al galo. Parecía que lo tenía todo para ser el dueño absoluto, pero no ha sido así.
EL MEJOR AMIGO, EL MÁS FERREO RIVAL
Tchouaméni y Camavinga son amigos. No son unos amigos cualesquiera, sino los mejores amigos. El mejor compañero de Eduardo es Aurelién, y viceversa. Pero ambos juegan en la misma posición y Carlo Ancelotti se las ha arreglado para mantenerlos contentos a ambos, tanto en la temporada anterior como en la presente. Aunque las lesiones de uno y otro, sobre todo las de Tchouaméni, han facilitado las cosas al otro y al entrenador.
En la temporada 2022-2023, Aurelién se perdió muchos partidos por lesión, y el entrenador no siempre confió en Camavinga. Sabía que tenía al mejor sustituto posible a su disposición, pero muchas veces optó por la pareja formada por Tony Kroos y Luka Modric, más Federico Valverde para el centro del campo. Camavinga jugó en alguna ocasión hasta de lateral izquierdo, donde tampoco desentonó, pero Ancelotti no confió en él totalmente.
Para la 2023-2024, el entrenador italiano aprendió la lección. Kroos y Modric no pueden alinear juntos. Y el equipo no pierde con Tchuaméni en el campo, sin importar el lugar del campo donde lo ponga. Lo mismo como pivote que como defensor central ocasional, el francés ha sido un pilar para Carletto, incluso cuando tuvo que darle galones como central titular y jefe de la zaga porque el equipo tenía a los cuatro defensores centrales rotos o castigados.
En plenitud de forma Camavinga y Aurelién, Ancelotti optó para el pivote por uno u otro. Rara vez se ha visto a ambos en el doble pivote, y casi nunca de inicio. Porque el entrenador prefiere que uno de ellos esté acompañado por Valverde y Kroos, con el recién llegado Jude Bellingham más adelante. Con ese esquema no caben los dos y Carletto lo sabe, pero intenta que ambos estén contentos y que los dos tengan protagonismo y se sientan queridos.
Para el choque ante el Sevilla, Camavinga se perdió el partido por acumulación de tarjetas amarillas. Regresó Antonio Rüdiger al centro de la zaga y Tchoauméni volvió a su posición natural y lo hizo bien, pero una de las voces autorizadas del madridismo en las televisoras de La Liga, Álvaro Benito, la emprendió con este y dijo que en año y medio no le había visto nada por la que mereciera la pena destacarlo y lo argumentó a su manera.
CARLETTO NO COINCIDE CON ÁLVARO BENITO
Según Álvaro Benito, no hay una faceta del juego en la cual se pueda destacar al francés. No destaca en la salida del balón, ni en la limpieza a la hora de robar, de cortar el avance rival, ni en el juego aéreo, y tampoco a la hora de romper líneas o de filtrar pases. Para el otrora canterano del Real Madrid, no hay nada bueno en Aurelién, quien puede que lo mejor que tenga sea esa mezcla de hacerlo bien casi todo sin destacar en nada.
Con él en el campo, el Real Madrid no ha perdido ni un partido esta temporada. El entrenador le tiene fe ciega y él lo sabe. De hecho, respondió en redes sociales al comentario de Álvaro Benito, que se hizo viral enseguida, y dijo que no le preocupaban mucho las críticas de fuera, y que solo se sentiría mal si esas palabras venían de su entrenador, una situación que no se ha dado y que al parecer no se darán al menos en lo que resta de temporada.
En los próximos días habrá partidos importantes y con dos zagueros centrales disponibles y todos los defensores, será Ancelotti quien le responda a Álvaro Benito y a los que creen que Tchouaméni no es importante en el equipo y su juego no destaca en nada. Ese día, presumiblemente ante el RB Leipzig alemán, por la vuelta de los octavos de final de la UEFA Champions League, o antes frente al Valencia, en Mestalla, por la Liga, sabremos a quien prefiere el técnico.
También puede hacer rotaciones y abrir con Camavinga ante el Valencia, darle solo unos minutos a Aureilén al final, y que sea este el titular en el Santiago Bernabeu frente al once germano. Pero lo que sí es seguro es el respeto que tiene el entrenador italiano por ambos jugadores, pero más por Tchouaméni, a quien solo mueve de su demarcación cuando necesita un zaguero central de garantías, porque hasta ahí lo hace muy bien.
Incluso, yo no descarto que ante el Leipzig sean Tchouaméni y Rüdiger la pareja de centrales titulares para Ancelotti. Es más, si me tocara a mí decidir la alineación, no me temblaría la mano, sobre todo porque Nacho ha demostrado no estar en su mejor momento en esta temporada, y al menos con el germano y el francés cualquier intento de llegar por arriba al área de Andriy Lunin se vería cortada por el poderío aéreo de ambos. Pero ese soy yo, y Carletto es el que manda.