Desde la lesión del ligamento cruzado de la rodilla de Thibaut Courtois, el tema de la portería del Real Madrid ha sido portada de los medios antes y después de cada partido y no hay una tertulia en radio, televisión y youtube en la que no se habla del tema. En cada conferencia del entrenador del equipo blanco, Carlo Ancelotti, le preguntan si decidió por un arquero o por otro, en referencia a los dos que alternan la titularidad.
Cuando se lesionó el belga y le pronosticaron un tiempo de baja similar a lo que dura la temporada, el Real Madrid sondeó el mercado. Los rumores corrieron como la pólvora. Se hablaba de David de Gea, que estaba libre, de Yasin Bono y no sé cuántos porteros más de La Liga, pero al final la directiva se fue a Inglaterra y se trajo a Madrid, cedido desde el Chelsea, a Kepa Arrizabalaga, que era del gusto del técnico italiano del Madrid.
Kepa llegó en calidad de cedido y como el Madrid tenía, o tiene, en mente la idea de salir del ucraniano Andriy Lunin, el propio arquero vasco, su entorno y hasta en el club pensaron que sería una buena opción para quedarse de cara al próximo año, pero en el fútbol lo que piensas hoy puede cambiar mañana. La titularidad que, supuestamente, tenía garantizada el español se malogró por una lesión y el buen nivel exhibido por el ucraniano.
LAS DUDAS DE ANCELOTTI
La buena labor de Lunin en ese tiempo en que no estuvo Kepa hizo pensar que tal vez el Real Madrid trajo al otro por gusto. Cada día mejoraba más el joven ucraniano, que se terminó de formar en Valdebebas, al extremo de que cuando estaba próximo el regreso del otrora arquero del Chelsea, Ancelotti no quiso ser tan claro como en otras ocasiones y asegurar que el arco sería un predio definitivo de Kepa.
Haremos rotaciones, dijo entonces. Y comenzaron los cambios en un partido y otro de los porteros, algo que no benefició a ninguno de los dos. Kepa perdió la confianza con la que llegó, porque sabía que tenía la titularidad garantizada, y Lunin, al ver que ni trabajando muy bien era el fijo, y eso lo ha pagado el Real Madrid. Ambos atraviesan un mal momento, tienen un buen partido un día y uno malo al siguiente y eso termina por minar la fe de ambos en sí mismos.
Lunin eslabonó un par de titularidades consecutivas y todos pensamos que sería el hombre elegido por Ancelotti, desde hace dos semanas, pero en el empate 1-1 ante el Atlético de Madrid, tuvo uno de sus peores partidos desde el inicio de la temporada. Los de Simeone bombardearon con centros laterales el área del equipo blanco, y el arquero apenas tuvo un par de salidas contundentes para disipar el peligro.
En el gol anulado a Savic se quedó en una posición pasiva detrás de Saúl, aunque el tanto fue anulado por fuera de juego posicional del mediocampista del Atlético. Incluso, en el cabezazo de Marcos Llorente, que marcó el 1-1 definitivo en el minuto 93, pudo haber hecho más, pero prefirió quedarse debajo de los palos, en una posición demasiado pasiva y a expensas del rival. Y no es la primera vez que ocurre.
La actuación ante el Atlético pudo convertirse en otro punto de inflexión para Carletto, que puede optar por Kepa para el choque del fin de semana ante el Girona, sublíder de La Liga, y a dos puntos por detrás, con la intención de dar un golpe sobre la mesa y dejar medio sentenciado el campeonato. De hacerlo, tal vez deje definitivamente al otrora jugador del Athletic Club de Bilbao como titular, en detrimento del ucraniano y sería como un volver a comenzar.
NINGUNO ES COURTOIS
Ancelotti es un viejo zorro del fútbol. Ha estado en banquillo de medio mundo y conoce como funciona la portería de un gran club. Y sabe también que ninguno de los dos arqueros que tiene a sus órdenes ahora se puede equiparar con Courtois, un gigantón de dos metros de estatura y 96 kilogramos de pesos, que domina el área como no lo hace ningún otro guardameta del mundo en este momento.
El belga, que renunció a la selección de su país, para centrarse en el trabajo del equipo, es un coloso en el área. Impresiona no solo por su agilidad, sino por el dominio aéreo, y eso el Madrid lo echa de menos. No solo lo siente el técnico, también los defensores, que tienen una seguridad máxima cuando lo tienen detrás, pero al número uno del Real Madrid le quedan unas semanas aún para volver a las convocatorias.
Ya Ancelotti dejó entrever que tanto el belga como el central brasileño Eder Militao, también lesionado de la rodilla en agosto, estaban en la etapa final de su recuperación y que tal vez a finales del mes próximo estarían listos para volver a la alta competición. Cierto que en ese momento, el tramo final de la temporada, el refuerzo de ambos sería trascendental, pero para llegar hasta allí con opciones de títulos hay que ganar antes.
El Madrid es líder de La Liga, con dos puntos sobre el sorprendente Girona. Más lejos, a ocho, se encuentra el Barcelona, y a 10 aparece el Atlético de Madrid. HAsta ahora, el equipo no ha dado muestras de debilidad, incluso ni cuando ha tenido que improvisar por las bajas constantes por lesiones, como en el último choque ante el once rojiblanco en el Santiago Bernabeu, pero de ahora en adelante vienen momentos complicados.
Ante el Girona, incluso, pueden caer, que seguirán en pelea por el título de Liga, aunque una derrota no entra en los planes de nadie en la plantilla, pero la próxima semana, el 13 de febrero, se jugará la ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League y 21 días después, la vuelta. Courtois no estará para entonces y Ancelotti no tendrá más opción que seguir apostando por Lunin y Kepa, o Kepa y Lunin. No tiene opciones.