Sergio Ramos es uno de los mejores defensores centrales de todos los tiempos. Tal vez el mejor de cuantos estuvieron sobre una cancha en todo el siglo XX. Bueno al quite, al corte, en la salida de balón, con liderazgo, con gol en las jugadas a balón parado, y de esos que provocaban respeto en los jugadores y la afición rival de nada más verlo sobre el verde, cualquiera fueran las circunstancias.
Pero todo lo que comienza termina, y su esplendorosa carrera está a punto de llegar al final. Y él pretende retirarse en el mismo club en el que debutó, el Sevilla FC, de donde salió un día camino al archirrival Real Madrid, cuando aún era un bisoño lateral derecho que intentaba hacerse un nombre en el mundo del fútbol, y pretendía conseguirlo en el Real Madrid de los galácticos, como se llamaba aquella hornada que contrató Florentino Pérez.
A pesar de que el Madrid pagó la ficha de Ramos hasta el último centavo, unos 27 millones de euros, una razón para que la afición del equipo andaluz no sienta remordimientos, desde entonces el zaguero, nacido en Camas, siempre fue recibido con hostilidad en sus visitas al Sánchez Pizjuán, y nunca pudo hacer las paces con la grada. Incluso, un sector de la misma tendrá que pagar una sanción por su comportamiento con el ahora agente libre.
SALIÓ Y TUVO UNA GRAN CARRERA
Ramos enseñó clase y carácter desde que llegó al Real Madrid para la temporada 2005-2006. El chico de 18 años no se amilanó por la presencia en el vestuario de muchos cracks e hizo su trabajo como lateral derecho. Incluso, cuando el entrenador de turno le dio oportunidades de jugar como central y dejó claro que esa era la posición que mejor le venía, hasta que se adueño de ella completamente.
Vestido de blanco ganó cuatro veces la UEFA Champions League, varias veces la Liga Española, la Copa del Rey, Supercopa de España, de Europa y Mundial de Clubes. Siendo jugador del Madrid ganó dos veces la Eurocopa y el Mundial de Suráfrica 2010. Fue capitán de España y del Real Madrid, y en el Santiago Bernabeu no olvidan su gol en el minuto 93 en la final de Lisboa, que permitió empatar el partido 1-1 con el Atlético de Madrid.
Su físico envidiable y su gen competitivo lo convirtieron en un defensor dominante, incluso brusco a veces, lo que le generó muchas expulsiones, sobre todo por la forma de jugar del Real Madrid, que lo dejó muchas veces indefenso en la zaga. Y así fue hasta que puntos de vista encontrados entre su hermano y representante y la cúpula madridista provocaron que se fuera del Bernabeu en el verano de 2021.
Ramos quería un contrato de dos años y el Madrid le ofrecía uno más otro opcional. El club no quería hacer excepciones con nadie, incluso con su capitán, con aquello de que los jugadores mayores de 30 años solo renovaban por un año. Ramos presionó, pasó de la oferta de Florentino Pérez, y , al final, cuando dijo que la aceptaba, desde el club le dijeron que ya había caducado.
Quedó libre en momentos en los cuales su salud no era la mejor. Había arrastrado problemas en una rodilla durante la mayor parte de la temporada anterior, lo que facilitó la eclosión de Éder Militao, pero no le costó mucho encontrar trabajo: el Paris Saint-Germain necesitaba un ganador en sus filas para proteger a su delantera de lujo formada por Neymar Junior, Kylian Mbappé y Lionel Messi y lo contrató.
FIN DEL CALVARIO EN EL PSG Y... AL SEVILLA?
El primer año de Sergio Ramos en el PSG no fue bueno. Siguió con los problemas físicos. La rodilla no lo dejó jugar nunca tres partidos seguidos. Cuando parecía que todo iría bien, sufría una recaída y al final terminó con más críticas que elogios, todo eso mientras Luis Enrique, entonces seleccionador español, dejó de tenerle confianza y apostó más por otros jugadores de cara al mundial, incluso hasta por Eric García.
Pero Ramos arrancó muy bien la última temporada, se ganó la titularidad en el PSG, aportó liderazgo y calidad en la zaga, aunque igual, se perdió la Copa Mundial de Qatar 2022, y el once parisino fue apeado de la Champions por el Bayern Múnich en octavos de final, por segundo año consecutivo. El mazazo fue demasiado duro e hizo que la directiva se replanteara las renovaciones y Ramos y Lionel Messi se fueron sin recibir ofertas para continuar.
La irrupción de la liga de Arabia Saudita en el mercado del fútbol hizo pensar que Ramos iría hasta allí, lo mismo que Karim Benzema, Ngolo Kanté o Rúben Neves, entre muchos otros en los cuales pusieron sus ojos desde el país árabe, pero hasta el momento no trascendió de oferta alguna por el otrora capitán del Real Madrid y de la selección española, que sigue negado a dejar el más universal.
Ante esta situación, con las puertas cerradas como jugador en el Santiago Bernabeu, vestir la casaca del Sevilla no parece la peor opción para él. Fue su primer club, uno de la ciudad donde creció, puede jugar Champions, y el entrenador y los futuros compañeros de vestuario estarían muy felices de tenerlo con ellos. Solo quedaría convencer a la afición, pero de eso se encargará el camero.
Ramos sabe que los pitos iniciales los puede acallar con un par de buenas jugadas, un gol a la salida de un corner para decidir un partido trabado, un buen tacle y mucho carácter sobre el campo, sobre todo en esas fechas de Champions en las que tanta falta hace tener un líder. De cualquier manera, aún no hay acuerdo entre el club y el jugador, pero es posible que llegue pronto. Por el bien de ambos, creo.