El pasado 8 de marzo, la Ciudad de México, así como otras ciudades de este país, y claro, del mundo, se unieron en una sola voz para pedir un alto a la violencia contra las mujeres. Lamentablemente, entre los miles de casos que conocemos, las futbolistas de la Liga MX Femenil también lo han sufrido, como en el caso de Scarlett Camberos, jugadora de las Águilas del América.
La violencia digital y el acoso son situaciones a las que se enfrentan miles de mujeres mexicanas, y es que hasta el momento, son pocas las leyes que regulan este tipo de situaciones. Por mencionar la más conocida en México es la Ley Olimpia, misma que reconoce la violencia digital y sanciona los delitos que violen la intimidad sexual, como el hecho de que alguien, sin el consentimiento de la otra persona, comparta material íntimo sin autorización.
Pero el caso de Camberos y de futbolistas como Greta Espinoza (Tigres Femenil), Renata Masciarelli, Selene Valera, Jana Gutiérrez, entre otras, quienes se han visto acosadas y amenazadas, son sin duda un tema preocupante donde las autoridades mexicanas no se han pronunciado, y mucho menos hemos visto comunicados de los clubes mexicanos donde se comprometen a salvaguardar la integridad de las jugadoras, pero aún menos hemos escuchado algún pronunciamiento por parte de la Liga MX Femenil.
Apuesta en fútbol con Bet365En el caso de las jugadoras del Club América, pondremos un contexto: las instalaciones donde entrenan se ubican al sur de la Ciudad de México, específicamente en la zona de Coapa, alcaldía Coyoacán. Si de por sí la capital del país es un lugar peligroso para las mujeres, esta zona es muy conflictiva, pues se encuentra la unión con otras alcaldías como Tlalpan y Xochimilco, mismas que reportan altos índices de inseguridad.
Opinión personal: la zona donde se ubica el club es peligrosa, no cuenta con mucha seguridad, y las jugadoras, muchas que viven cerca del inmueble, u otras que tienen que tomar el transporte público (que ese es otro tema), se arriesgan a ser interceptadas por algún acosador. Se sabe que estos personajes han perseguido a las futbolistas hasta sus casas.
Como periodista, pero más como ciudadana mexicana, quisiera escuchar lo que tienen que decir Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, así como la misma Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la capital mexicana, quienes tienen otros asuntos como promoverse en sus precampañas políticas.
Un tuitero de nombre “Biyik” publicó un hilo que dice muchas verdades, en el que menciona que las futbolistas no se sienten como jugadoras profesionales pues no hay quien las cuide afuera de un estadio o en el recorrido hacia sus casas.
También señala a las jugadoras de Cruz Azul, quienes entrenan en La Noria, alcaldía Xochimilco, en un barrio donde una como mujer siente miedo caminar por ahí. Lo digo por experiencia, y es que nuevamente, los altos índices delincuenciales en la zona son altísimos. Estas jugadoras salen ya tarde de sus entrenamientos, con mochila al hombro y toman el camión, y como menciona Biyik, mientras tanto los clubes tienen camiones, camionetas y choferes que simplemente están de adorno.
¡Señoras y señores! Da terror vivir en México, y Scarlett Camberos lo sabe. Mientras tanto, y después de esta pésima experiencia que le afectó en muchos aspectos, el Club América y el Angel City están trabajando para que la jugadora continúe su carrera en Los Ángeles, California, lo cual es una vergüenza para el fútbol mexicano y para el país en general, pues la imagen que se tiene de por sí ya es mala, y con esto se empaña aún más.
Por otro lado, la Liga MX Femenil emitió un comunicado respaldando a la jugadora, así como mencionando el trabajo que realizan con los protocolos de seguridad, pero cierra dicho documento señalando que tienen una comunidad digital muy grande y que han roto récords de asistencia, pero ¿y eso qué tiene qué ver? Es un gravísimo error “presumir” los logros de la liga en un comunicado de “respaldo” a una jugadora que sufrió acoso.
La lucha en contra de la violencia hacia las mujeres no es sólo poner un listón morado el 8 de marzo, va en un trabajo duro y constante día a día, en todos los sectores de la sociedad. Va más allá de ver el fútbol como un deporte espectáculo, o algo que deja ingresos. Es reconocer que el fútbol tiene una función social y que al ser el deporte más popular en el mundo, tiene un sinfín de implicaciones, donde tristemente la violencia es una de ellas.
Hoy no fue en las tribunas como en el caso de aquel partido de Querétaro contra Atlas donde se desató la violencia; tampoco fue en el estadio de Santos donde se soltó una balacera en las inmediaciones del inmueble, hoy fue la violencia digital y el acoso los que manchan el fútbol.