Si me preguntan ahora quién ganará el premio a Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana, juro que no sabría decir. Podría ser Aaron Judge, que ya sabe lo que es llevarse el trofeo a casa. También Juan Soto, que intentará demostrar las razones por las cuales es considerado un beisbolista de otro nivel. Incluso puede que ni uno ni otro y sea un jugador cualquiera el que tenga una gran temporada y resulte premiado.
Pero si me preguntan quién lo ganará en la Liga Nacional, lo tendré muy claro. Tal vez diría que alguien que lo ganó ya alguna vez, presumiblemente en el último año, aunque esa respuesta llevaría alguna explicación adicional, que me encargaré de dar en los párrafos siguientes. Eso sí, no hay forma de que no considere al venezolano Ronald Acuña Junior como el gran favorito.
Sin embargo, el patrullero de los Bravos de Atlanta tendrá grandes rivales en su aspiración de repetir como el mejor jugador del llamado Viejo Circuito. Y uno de esos contrarios a temer llega desde la Liga Americana, donde ha levantado dos de los últimos tres trofeos. Así que ya sabemos, me refiero al japonés de dos vías Shohei Ohtani, que en la presente temporada solo será bateador y desde el puesto de designado todo es más complicado.
OTHANI VA A ENTRAR EN LA GLORIA
Tal vez el sensacional jugador japonés aparezca en algún momento en la inicial o el jardín izquierdo con los Dodgers de Los Ángeles, a donde llegó en la temporada baja. Si lo hace es porque el equipo tuvo algún contratiempo o porque quiso darle un día libre al primera base Freddy Freeman. Así que el número 17 del equipo que dirige Dave Roberts será, principalmente, bateador designado y desde esa posición es difícil ser MVP.
Sin embargo, el japonés, que es un extraterrestre, que lo sabe y que lo quiere demostrar, mandó un mensaje en su primer partido de la temporada, en Corea del Sur, ante los Padres de San Diego Ohtani bateó un hit y acto seguido se fue al robo de la segunda base. Tal vez para muchos pasó inadvertido, pero otros sabemos que alguien que está acostumbrado a competir y a ganar, va a ir a por una hazaña.
¿Lo adivinaste? El nipón va a intentar batear 40 cuadrangulares y robarse 40 bases. ¿Qué es difícil? Claro, que es complicado, pero los que siguen las Grandes Ligas saben que hay pocos retos que el espigado bateador no intente vencer, y esta vez, liberado de la presión de lanzar, que conlleva un gasto extra de energías, en el juego y los entrenamientos, muy bien puede ir a por un registro histórico.
Ohtani ha jugado seis temporadas en Grandes Ligas. En dos de las últimas tres ha bateado 40 o más jonrones, por lo que no es descabellado que vaya a superar esa cantidad, sobre todo, insisto, porque no va a lanzar en tanto se recupere de la cirugía Tommy John en su codo derecho. Eso le permitiría ser más efectivo bate en mano, y yo apostaría a que se acercará al medio centenar de bambinazos, y cuidado no los supere.
Al mismo tiempo, siempre ha sido un gran robador de bases, solo que su equipo lo ha cuidado, porque los managers no trabajan para que un jugador entre en los libros de récords, sino para llevar a su equipo a la postemporada y que tenga opciones de imponerse. Pero esta vez superará las 40 bases robadas, sobre todo porque su efectividad en busca de una base más es de 72.5 por ciento, fruto de 87 intentos efectivos de un total de 120.
¿Y SI HACE UN 50-50?
Solo en dos ocasiones, en seis temporadas en Grandes Ligas, Ohtani robó 20 bases o más. En 2021, cuando pegó 46 jonrones, estafó 26 almohadillas. Y dos años después, en 2023, pegó 44 cuadrangulares y llegó a salvo a una base más en 20 oportunidades. Así que ahora, alejado del montículo de lanzar, esos números crecerán considerablemente, y la primera señal la mandó en Surcorea en el partido inaugural ante los Padres de San Diego.
Para mí, Ohtani puede, incluso, llegar a 50-50 y ser el primer pelotero que lo consiga en toda la historia de las Grandes Ligas. Y si eso pasa, quién puede arrebatarle el premio MVP de la Liga Nacional. Solo si Acuña tiene una temporada enorme, con cifras estratosféricas, como el año anterior, lo podría hacer, aunque todo eso entra en el capítulo de las especulaciones, porque primero habría que ver como se desenvuelven ellos y el resto de los jugadores.
Acuña, si está saludable, va a robarse más de medio centenar de almohadillas. Es, incluso, candidato a ser el primero en hacer dos veces 40-40, lo cual lo convertiría en el miembro de más rango de ese selecto grupo que integran José Canseco, Barry Bonds, Alfonso Soriano y Alex Rodríguez. Canseco fue el primero en hacerlo, en 1988 con los Atléticos de Oakland. En esa temporada botó 42 pelotas, se robó 40 bases y fue el MVP del Nuevo Circuito.
Ocho años después, Barry Bonds hizo los mismos números (42-40) para los Gigantes de San Francisco, pero el MVP se lo llevó Ken Caminiti, de los Padres de San Diego. Solo dos campañas después, siendo aún un bisoño, lo consiguió Alex Rodríguez con los Marineros de Seattle (42-46), pero el MVP fue Juan González, que jugaba para los Rangers de Texas. Alfonso Soriano jugó para Washington en 2006 y logró 46-41, pero el MVP fue Ryan Howard de Philadelphia.
Si Ohtani hace 40-40 tal vez no lo tenga seguro, pero si logra 50-50, no habría forma de negarle el referido premio, aunque si está saludable, Acuña sería un rival temible, lo mismo que otro jugador que ya sabe lo que es ser el MVP del Viejo Circuito, el ahora torpedero Mookie Betts, compañero del japonés con los Dodgers y una de las estrellas sobre las cuales habrá más atención durante toda la campaña. Por cierto, nunca un designado fue el Más Valioso de una temporada, salvo Ohtani en dos ocasiones pero también lanzó.