Las cada vez más exorbitantes suman que piden los clubes vendedores por los futbolistas, ha obligado a las franquicias más poderosas a ir a por el talento joven y contratarlo antes de que se conviertan en estrellas. Todo eso con la intención de poder competir con los llamados clubes estado, como llaman a aquellos cuyos fondos provienen, generalmente, de los países petroleros del Oriente medio.
Ante la imposibilidad de competir con el Paris Saint-Germain o el Manchester City, el Barcelona y el Real Madrid, por ejemplo, se han lanzado a la búsqueda de futbolistas emergentes, e intentan contratarlos cuando aún no han dado el salto a la élite mundial, porque entonces tendrían que entrar en subastas que jamás podrían ganar, por los precios que muchas veces alcanzan las nueve cifras.
Eso hizo el Barcelona con Pedri o Ronald Araújo, por ejemplo. Y lo mismo el Real Madrid desde hace años con Marco Asensio, Federico Valverde, Vinicius Junior y Rodrigo Goes. Todos, si hubieran esperado a su eclosión definitiva como jugadores, habrían costado el doble o el triple y no habrían estado a su alcance. O al menos se les hubiera hecho imposible entrar en las subastas.
EL REAL MADRID DA OTRO GOLPE CON ENDRICK
La cúpula del Real Madrid le ha cogido el gusto al fichaje de estrellas nacientes en Suramérica, sobre todo en Brasil. Ya les fue muy bien con Vinicius y Rodrigo, cuyo valor se ha multiplicado en las dos últimas temporadas, y han mantenido la vista fija en los torneos brasileños para tratar de hacerse con los servicios de alguna de las nuevas estrellas, como ocurrió hace unos meses con Endrick, aún jugador del Palmeiras de Sao Paulo.
Endrick, que nació el 21 de julio de 2006 y que aún no ha cumplido los 17 años irrumpió como uno de los grandes talentos de Brasil desde que dio el salto a las categorías inferiores de su actual club. Ojeadores de decenas de equipos europeos pusieron sus ojos en él al momento, y el Palmeiras para evitar perder dinero le actualizó su contrato y le puso una clausula de 60 millones de dólares.
Ni eso iba a poder evitar que la familia del jugador llegara a un acuerdo con algún grande de Europa para irse, aunque tuviera que esperar a cumplir los 18 años de edad, como establece la FIFA. El Real Madrid, entonces, se adelantó a otros poderosos, entre ellos el PSG y logró firmarlo, por unos 40 millones de dólares, más otros 20 en variables, según algunos medios de prensa, aunque oficialmente solo se sabe que será jugador blanco en 2024.
En la puja estuvieron hasta última hora el PSG, el Barcelona y la mayoría de los grandes clubes ingleses, que también vieron en Endrick a un jugador de futuro, con mucho gol, lo que marca la diferencia entre un buen futbolista y un crack, como lo que parece que será la aún estrella del Palmeiras en el futuro, aunque eso tendrá que demostrarlo en el fútbol de Europa.
Tal vez influenciado por lo que sucedió con Vinicius y Rodrigo, que encontraron un ecosistema ideal para crecer en el Real Madrid, Endrick apostó por irse ala capital española. Sabe que allí tendrá competencia y que para triunfar deberá dar lo mejor de sí, sobre todo porque en la disciplina blanca las exigencias son máximas. Para eso, claro, habrá que esperar al verano de 2024.
OTRAS JOYAS A ESCENA
La búsqueda de talento entre los suramericanos nacidos en 2005, 2006 y 2007 no se detiene. Y cada día aparecen nuevos nombres, sobre todo en Brasil, con diferentes actores en escena. Pero no solo se limita al país que ha ganado cinco copas mundiales, sino a Argentina, ganador del último Mundial, y donde también salen grandes jugadores, al estilo, por ejemplo, de Enzo Fernández.
Hace menos de un año el Benfica portugués pagó 18 millones por el 75 por ciento de la ficha del centrocampista de River Plate. Unos meses después, tras una destacada actuación en la Copa Mundial de Qatar 2022, donde fue pieza clave para el título de su país, nadie se hará con sus servicios por menos de 120 millones de euros. Pujan por él varios clubes, sobre todo el Chelsea inglés y el Real Madrid español.
Para el Benfica sería un negocio redondo, pero también para River, que se embolsaría otros 30 millones de euros, una suma nada mal para la entidad, que no navega en la bonanza, precisamente, a pesar de los muchos títulos que ganó en los últimos años. Y al jugador le permitirá disparar su carrera en uno de los grandes de Europa, donde tendrá, además, opciones en Champions.
La búsqueda sigue en tierras argentinas y ahora aparece en el radar Gianluca Prestianni, un extremo que también nació en 2006 y que pertenece a la cantera del Vélez Sarsfield y por el que suspiran, entre otros, los dos más grandes equipos españoles, el Real Madrid y el Barcelona, al parecer dispuestos a pagar su cláusula de rescisión, de unos 10 millones de euros, según medios de prensa.
Pueden ser ciertos los rumores sobre Prestianni, pero también invenciones de sus agentes, quienes saben que vinculándolo a un club grande puede llamar la atención de otros con la intención de conseguir el mejor contrato posible, tal como ha sucedido con muchos de los jóvenes que brincaron el Atlántico en los últimos años, entre ellos los ya mencionados Vinicius, Rodrigo y Enzo Fernández.