En el mundo de los entrenadores, Julen Lopetegui es el hombre de las dificultades, para parafrasear la película de Luis Alberto Lamata, de 2013, basada en las vicisitudes que enfrentó el Libertador, como se conocía a Simón Bolívar, en su campaña para la liberación de América del Sur. Como el general, el técnico de origen vasco encuentra problemas allá a donde va. O a donde no.
Sí, porque hay lugares donde encuentra situaciones hostiles o no le juegan limpio, aun sin haber aterrizado, como sucedió con el Milán AC, el equipo que al parecer iba a entrenar, pero que, de pronto, torció todo y dejó al entrenador en el aire, luego de haber dedicado muchos meses a la planificación de la plantilla, a estudiar esquemas, aunque sin contrato de por medio.
Lopetegui no es un imberbe en cuestiones del fútbol y mucho menos en los banquillos. Es un técnico con experiencia, que ha estado al frente de equipos importantes, incluso de la selección española, un puesto en el cual sufrió su primer gran contratiempo, por actuar con limpieza y transparencia y pensar que los demás harían lo mismo con él. Vale la pena recordarlo.
LOS SUCESOS DE RUSIA 2018
La selección española llegó a Rusia con el cartel de favorita. Había dominado a su antojo a los rivales en los partidos previos, venía de una gran ronda clasificatoria, jugaba e memoria y tenía un entrenador, Lopetegui, que era muy respetado en el mundillo, pero de pronto, de golpe y porrazo, las cosas se trastocaron y todo estalló como un castillo de naipes.
Unos días antes, Zinedine Zidane había anunciado de forma sorpresiva que dejaba el Real Madrid. El banquillo blanco es el más exigente del mundo, pero no hay otro tan apetecible como el del Santiago Bernabeu, y Florentino Pérez y su equipo se dieron a la tarea de buscar un entrenador para ponerlo frente al equipo cuando los jugadores regresaran de sus vacaciones o de la Copa Mundial que se jugaría en suelo ruso.
Lopetegui parecía el hombre ideal. Las partes llegaron a un acuerdo y dejaron claro que una vez terminada la aventura de España en Rusia, aunque fuera después de la final, el técnico presentaría su renuncia a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y se convertiría en el técnico del Real Madrid. Parecía muy sencillo, pero en el mundo del fútbol a veces ocurren imprevistos.
Lopetegui quería actuar con claridad, ser honesto, y por temor a que el acuerdo con el Real Madrid se pudiera filtrar, se reunió con el entonces presidente de la RFEF y le contó. También le ratificó su compromiso con la selección nacional y le dijo que dedicaría todo su tiempo y esfuerzo a la escuadra nacional. Rubiales, en un principio, lo entendió, pero unas horas después, en un arrebato llamó a los medios y anunció el cese del seleccionador.
Al frente de La Roja puso a Fernando Hierro. España se fue temprano. Lopetegui llegó al Real Madrid y apenas aguantó unos meses, porque el equipo, sin Cristiano, con un Vinicius acabado de llegar, y con un Gareth Bale que no asumía el liderazgo, no acababa de jugar nada, salvo en un partido ante la Roma, y el Madrid terminó por echarlo, a pesar de que una parte de la afición y la prensa pensaron que debió dársele una oportunidad.
EL MILÁN PARECÍA UN BUEN CLUB PARA LOPETEGUI
Julen siguió su carrera. Un día se fue al Sevilla, y consiguió un título: ganó una Europa League, la de la temporada 2019-2020, en la que se impuso en el partido final al Inter de MIlán por 3-2, pero el equipo andaluz andaba mal, había problemas entre la parcela deportiva y la directiva y Lopetegui aguantó hasta el último momento. Incluso, pareció ser el chivo expiatorio del director deportivo, Monchi, hasta que al final lo echaron.
Luego entrenó al Wolverhampton. Las cosas no salieron bien, terminó sus funciones en 2023, y comenzó a trabajar con el Milán AC pensando en el futuro. Durante seis meses preparó el nuevo proyecto, trabajó en un proyecto de plantilla, en esquemas, en su posible cuerpo técnico. Incluso, se mojó con las posibles salidas, y hasta con alguna llegada, pero cuando los aficionados lo supieron, todo se volteó.
En ese tiempo, en el que no tenía nada firmado, por supuesto, rechazó otras propuestas, pasó de largo de clubes que lo llamaron. Por su cabeza solo pasaba entrenar al Milán AC. Al técnico le parecía una gran entidad, un club con gloria, con palmarés, donde merecía la pena estar, pero los tifosi creyeron lo contrario y comenzaron una campaña en su contra, y aquello de que el nuevo entrenador sería él o nadie se derrumbó.
Todo eso terminó por molestar al técnico, quien cree que todo formó parte de una manipulación, y consideró que el club se dejó manipular por todo lo que generaron las redes, donde no se analizó su carrera integralmente, sino segmentado para tratar de denigrarlo e influir en la directiva. Incluso, usaron los tifosi el hashtag #nopetegui, sin que el club hiciera nada.
Ahora mismo la relación está rota, y es muy poco probable que se recomponga, porque el técnico español cree que no fue bien tratado. Aunque, como decimos siempre desde estas páginas, cuando se trata de fútbol, cualquier cosa es posible. Incluso, parecía imposible que Xavi se quedara en el Barcelona y lo hará. Incluso, Thomas Tuchel dejo entrever que puede seguir en el Bayern Múnich.