El mundo del fútbol se presta para el debate constante sobre qué es más importante entre ganar y jugar bien, posiciones que siempre van a los mismos equipos, los rivales de siempre, los protagonistas de la más enconada rivalidad que se conoce en el mundo del deporte: el Real Madrid y el Barcelona, ambos de España.
Apuestas e el Fútbol con Bet365Después de la fase de grupos de la pasada Liga de Campeones, en la que no avanzó el Barça, los dirigentes, entrenadores, jugadores, y fanáticos del once catalán demeritaron cada paso que dio el Real Madrid, como si las eliminatorias ante el PSG, Chelsea o Manchester City hubieran sido solamente fruto de la buena suerte y no de un fútbol de gallardía, valiente cuando tiene que serlo, con protagonistas que solo creyeron en la victoria.
Los más sabiondos aducen que no puede avanzar en una eliminatoria un equipo que realizó menos tiros a puerta que el rival, que hizo menos pases, que defendió más tiempo en su campo y al que solo el portero y un delantero en momento de gracia pudieron salvar.
Pero en el fútbol no se gana con la posesión, ni con la cantidad de pases, ni con los tiros a puerta, sino con goles, y si ese, que fue inferior en esos indicadores, marcó más goles, mereció la victoria, porque, además, ese portero que tapa todo, forma parte de la plantilla, lo mismo que el delantero que enchufa todo, o casi todo, lo que le llega.
Pero es una forma de quitarle méritos a un rival y, de paso, olvidar que en el deporte profesional vale ganar, vale aprovechar las oportunidades, usar las armas para salir airoso y hacerlo en el momento oportuno, cuando más demoledor pueda ser.
He visto un equipo de béisbol perder durante ocho entradas. En ese tiempo jugó mal, hizo errores al campo, sus mejores bateadores no hicieron contacto con la pelota, y el rival disfrutaba, pero en un inning, en el último, todo cambio de pronto e hizo más carreras que el rival. Ganó por merecimiento y no puedo decir que ganó el que peor jugó, el que menos tiempo mereció la victoria. Triunfó el mejor, sencillamente.
En el boxeo, un fino estilista domina 11 rounds de un combate. Con su jab mantiene a distancia a un rival que parece perdido, que no lo encuentra, y que solo le ha conectado unos ganchos al estómago y algún swing al rostro, pero muy esporádicamente. Pero el contrario no cede, sigue buscándolo y cuando el round 12 y último comienza, le pega un derechazo en la cara y lo hace tambalear.
El árbitro le cuenta al vistoso estilista, que ha quedado golpeado pero que intentará recuperarse en los dos minutos restantes. El rival, un fajador, ciego como un búfalo, aprovecha y suelta una andanada de golpes tras otra. Muchos de ellos alcanzan la anatomía del rival, que vuelve a caer y ya no se levanta más. Entonces toca preguntarse quién fue mejor, quién mereció el triunfo, o quién se lleva la gloria.
Así pasa en la mayoría de los deportes. A veces un equipo, o un deportista, tiene una ventaja tremenda sobre otro y en segundos la pierde. Y no es más importante cuando gana uno que cuando lo hace el otro, porque en los anales no explicarán cómo ocurrió sino dirán quién fue el ganador.
Apuestas e el Fútbol con Bet365Igual, si juegas bien, si sometes todo el tiempo al adversario, sin permitir riesgos, con todo controlado, también es válido. Y demuestras que tienes una clase tremenda, que eres superior, que manejas el balón con más estilo, o que tu boxeo predomina, sin perder, tienes un mérito enorme.
Pero salir a una cancha de baloncesto y hacer mil filigranas e infinidad de pases y luego fallar al encestar, no vale para nada. Como tampoco sirve de mucho tocar y tocar en una cancha de fútbol. Tocar hacia atrás muchas veces y no llegar al arco rival, o llegar y no anotar. Incluso marcar, pero ser tan ineficiente en defensa que el contrario llega menos y anota más goles.
En el deporte profesional ganar es importante. El Real Madrid ganó la Champions y su premio sobrepasó los 130 millones de euros. Otros 16 equipos españoles de primera división no recibieron ni un euro, porque no estuvieron en la lid. El Barça, abanderado del juego de toque, no llegó ni a un cuarto, porque quedó tercero de grupo y tuvo que jugar la Europa League, donde también fue eliminado.
Luego, directivos, entrenadores y hasta algunos jugadores -alguno de ellos sin experiencia- para demeritar al contrario, para restarle valor a la hazaña del rival, dicen que el Barça tiene que ganar jugando bien, que como lo hacen 'otros' no vale. Y lo dijo Pedri, el centrocampista canario del Barcelona, que posiblemente nunca haya visto jugar a su equipo como él dice que solo quiere imponerse.
Apuestas e el Fútbol con Bet365Algunos clubes se conforman con ganar, como sea que lo hagan. El Barcelona quiere ganar pero hacerlo jugando con el balón, creando ocasiones, con esta idea. Me gusta más este fútbol
Pedri
El joven jugador puede decir lo que quiera, pero no podemos hacer una consigna con razonamientos alejados de la realidad, porque el propio Barça jugó a andanadas por momentos en la pasada temporada. Y un jugador como Luuk de Jong, con quien Xavi Hernández no contaba desde el principio, lo salvó en varios momentos. Y no lo hizo con el repetitivo toca y toca, sino enviando balones al área y que el holandés cabeceara.
Es cierto que hay equipos que juegan mejor que otros, que dominan mejor el campo, que someten con más clase a los rivales, pero al final tienes que convertir ese dominio aparente en ventaja en el marcador, y eso sirve para todo, hasta para los deportes de velocidad sobre ruedas. Puedes ser el piloto más vistoso, el que mejor corre las rectas o las curvas, pero si no arriesgas para terminar primero, de nada vale lo otro.
Apuestas e el Fútbol con Bet365Eso sí, las posiciones encontradas entre el Barça y el Real Madrid, entre los seguidores de uno y otro, entre los defensores de la doctrina de Johan Cruyff y el ADN Madrid no van a finalizar jamás, como tampoco habrá consenso entre los defensores de una corriente política y otra, sobre todo si van a los extremos, o de religiones diferentes.
Lo peor es que gana cada vez más espacio, encuentra siempre repetidores y a veces se vuelve cansino y nauseabundo, cuando al final solo vale la pena disfrutar de las cosas lindas que nos deja el deporte, el afán por ganar, por disfrutar de un espectáculo donde los protagonistas muestran siempre lo mejor de ellos.
A mí me gusta ganar. No se vale ganar a toda costa, dejando a un lado la caballerosidad, la clase, pero triunfar es tan lindo y apetece tanto, que siempre quiero que mi equipo gane, por la mínima, en el último minuto, con la bocina, pero que sea el mejor. ¿Y tú qué crees?
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