La Serie Mundial de las Grandes Ligas parecía el escenario ideal para Shohei Ohtani. A fin de cuentas es lo menos que se puede esperar del candidato de la mayoría casi absoluta para llevarse a sus vitrinas el trofeo al Jugador Más Valioso (MVP) del Campeonato regular, además de ser ahora mismo la imagen del béisbol y no solo por el acuerdo al que llegó con los Dodgers, precisamente.
También se podía haber pensado en Mookie Betts, en Max Muncy, o hasta en Teoscar Hernández, quien ya había hecho de las suyas en la primera parte de la postemporada. Y claro, también estaba Freddie Freeman, el primera base que llegó hace un par de años desde los Bravos de Atlanta, con el que ganó un anillo de Serie Mundial, pero Freeman tenía problemas de familia.
Max, el hijo del inicialista de casi dos metros de estatura y 35 años de edad, padece del Síndrome de Guillain Barré, un trastorno poco frecuente, que, a través del sistema inmunitario del organismo, ataca los nervios, y en ocasiones puede llegar a ser muy grave, porque genera una parálisis general. En esa situación, hay que hospitalizar al paciente para darle tratamiento. Y cuando ingresaron a Max, Freddie, como es lógico, estuvo con su familia.
Apuestas en el Béisbol con Bet365Trabajé mucho entre la SCLN y la Serie Mundial...Afortunadamente, mi tobillo mejoró lo suficiente para que pudiera trabajar en mi swing, y encontré un ajuste que realmente funcionó para mí. Pude reducir la velocidad. Todo lo que intentas hacer es hacer swing a los strikes, dejar pasar las bolas y aprovechar los errores. Afortunadamente, pude hacerlo en estos cinco juegos
Freddie Freeman
UNA TEMPORADA NORMAL
Cuando el torneo regular entró en su etapa decisiva, Freeman le dijo a la directiva que no podía seguir en el juego diario, porque necesitaba estar con su hijo y apoyar a su esposa, en esos momentos duros para todos. Los Dodgers lo dejaron ir y le dijeron que se centrara en su familia, que siempre habría tiempo para jugar al béisbol. El primera base se perdió unos días y en algún momento pareció no estar ciento por ciento concentrado.
De hecho, las 89 carreras remolcadas esta temporada, constituyen la cifra más baja en sus tres años como jugador de los Dodgers, y el .282 de average representa la marca más baja para él en 10 años, una señal de que el jugador que ha estado en ocho Juegos de Estrellas en su carrera, no estuvo en su mejor año, y no solo en esos indicadores, sino también en carreras anotadas (81), la cifra más baja desde hace ocho años si excluimos el año de la pandemia.
Apuestas en el Béisbol con Bet365Nos hizo mucho daño, sin duda... Entró medio lesionado a esta serie. No estábamos seguros de lo que íbamos a ver. Desde el inicio, claramente, era Freddie Freeman en el plato. Nos lastimó
Aaron Boone
Si queremos ver un OBP más bajo que el .378 de la pasada temporada, tenemos que irnos una década atrás, aunque, al final, su aporte fue importante y permitió que Los Dodgers fueran los máximos ganadores de la Nacional, que solventaran sus rondas eliminatorias en la Serie Divisional y la de Campeonato y llegaran a la Serie Mundial, no sin antes sufrir algún contratiempo, como el sufrimiento ante los Padres de San Diego.
Por los Dodgers, el MVP de la Serie de Campeonato fue Tommy Edman, un campo corto de 29 años y seis de experiencia en la Grandes Ligas, que apenas vio acción en 37 partidos de la temporada regular con apenas seis batazos de vuelta completa, 20 impulsadas y un anémico .237 de average ofensivo. Nada del otro mundo, sobre todo si la alineación de Dodgers es, sin susto, la más poderosa del béisbol.
Freeman, creo, era feliz con estar de vuelta a la Serie Mundial. No le importaba mucho ser protagonista. Le bastaba con haber llegado a ese momento del torneo en el cual todo se magnifica y donde es necesario hacerlo bien si no quieres ser objeto de análisis en noticiarios y portadas de periódicos. Y el primera base de Los Dodgers tenía la experiencia necesaria.
EL MVP DE LA SERIE MUNDIAL
Los Yankees tuvieron en sus manos el primer partido de la Serie Mundial. Estuvieron debajo unos minutos, cuando Kike Hernández adelantó a los Dodgers, pero un jonrón de dos carreras de Giancarlo Stanton le dio una ventaja a los neoyorkinos que no pudieron aprovechar. Cuando faltaban cuatro outs el equipo de Aaron Boone iba delante 2-1, pero los Dodgers emparejaron y forzaron un extraininngs.
En el décimo se volvieron a adelantar los Yankees, pero los Dodgers tenían corredores en primera y segunda y un out, cuando Boone trajo al zurdo cubano Néstor Cortes a lanzarle a Ohtani, quien pereció en elevado de foul al izquierdo y los corredores se fueron a segunda y tercera. Boone, con dos outs, paso a Mookie Betts para que bateara Freeman. El resto es historia: Grand Slam al primer lanzamiento de Cortés y los Yankees perdieron.
Al día siguiente, en el segundo turno al bate ante Carlos Rodón, de nuevo cuadrangular, ahora de dos carreras, lo mismo que en el primer partido en el Yankee Stadium ante Carl Schmidt. Con eso bastaba para estar en la pelea por el premio al MVP. Solo tenían que ganar los Dodgers. Sin embargo, en el cuarto juego volvió a abrir con jonrón de dos carreras en el inning de apertura ante Luis Gil, aunque su equipo perdió.
Y en el partido final, en el fatídico quinto inning de los Yankees, bateó un hit de dos carreras que acercaron a los Dodgers al empate, que anotaría él poco después tras doblete de Teoscar Hernández. Al final, 20 veces al bate en cinco juegos, con seis hits, cinco carreras anotadas y una docena de impulsadas, además de cuatro cuadrangulares, y un solo ponche en su cuenta.
Con esos números no había discusión de ningún tipo. Su MVP estaba tan asegurado como el título de los Dodgers. Y ese fue, tal vez, el colofón ideal de alguien que no estuvo en su mejor temporada regular, con problemas familiares que tuvo que solventar, pero que lo ayudaron a un regreso dorado a su segundo título de Serie Mundial, y hacerlo por todo lo alto.