Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, no es solo uno de los empresarios de más éxito en España, sino el mejor presidente de los clubes de fútbol del país, y un personaje mucho más conocido que cualquiera de los políticos. Ahora mismo puede que no sepas el nombre de un ministro o del jefe del Gobierno, pero es casi seguro que la totalidad de la población conoce al hombre que rige los destinos del mejor club de fútbol de la historia. Y esas cosas se ganan.
Cuando el mandatario llegó al club la primera vez, ya el Real Madrid tenía su historia. No era el club blanco un desconocido al que había que darle nombre y prestigio. Eso lo traía de antes, tal vez de la época del mejor de sus antecesores, Santiago Bernabeu, y del fenomenal futbolista argentino Alfredo di Stéfano. Del mítico mandatario bebió Florentino para intentar elevar aún más la mística de su equipo.
Bernabeu decía que las grandes estrellas ayudaban a llevar al público a los estadios, y Florentino agregó lo de atraer patrocinios. Por eso, cuando se presentó a las elecciones, lo hizo con una jugada magistral: si ganó, Luis Figo, entonces jugador del Barcelona, vendrá conmigo. De lo contrario, pagó los abonos de los socios. Ya tenía amarrado un pacto con el portugués, que estaba en un juzgado. Si Figo daba marcha atrás, pagaría él los abonos.
LOS GALACTICOS I Y II
Con Figo vestido de blanco, el presidente del Real Madrid fue a por más. Su estrategia era traer al Real Madrid a jugadores con mucha ascendencia en la afición, sobre todo aquellos que hubieran ganado algún Balón de Oro. Y entonces puso la vista en el francés Zinedine Zidane. Con Zizou rompió la hucha, pero ganó una Champions, la primera de sus casi dos décadas al frente del club.
Puede que se haya equivocado cuando dejó ir a Vicente del Bosque, a Fernando Hierro y hasta Claude Makelele. Tal vez la salida del centrocampista galo descompesó el equipo para el futuro y los siguientes entrenadores jamás pudieron equilibrar a las estrellas de arriba con el trabajo que es necesario hacer siempre en defensa. Y el equipo lo pagó. Sin embargo llegaron también Ronaldo El Fenómeno, Michael Owen y David Beckham.
Era el Madrid de los Galácticos, porque estaban también Raúl González y Roberto Carlos, pero el proyecto, aunque ayudó a sanear las cuentas del club, se empantanó y Florentino renunció. Pero poco tiempo después anunció su vuelta, de nuevo con la espada de salvador. De un golpe trajo a cuatro grandes jugadores, tres de los cuales ganaron al guna vez el Balón de Oro: Cristiano Ronaldo, Kaká, Karim Benzema y Xabi Alonso.
El Real Madrid seguía de trompicones, no pasaba de octavos en Champions y el flamante presidente fichó a uno de los entrenadores de moda, José Mourinho. Con The Special One alcanzó tres veces las semifinales europeas, y el trabajo quedó hecho para ganar en el primer año de Ancelotti. El italiano no tuvo un buen segundo año y la apuesta por Rafa Benítez no salió bien, pero el as debajo de la manga de Florentino, Zinedine Zidane, encarriló tres títulos europeos en línea.
En ese tiempo llegaron también Gareth Bale, Tony Kroos y Luka Modric, este último también ganador del Balón de Oro, y quien formó con el germano y el brasileño Casemiro uno de los mejores centros del campo de los últimos años, y que hicieron al equipo blanco ganar en cinco ocasiones la Copa de Europa, aunque solo dos con Kroos. Al final, en la temporada 2021-2022, se fue Casemiro, cuatro años después de Cristiano y también Bale. Tiempo de cambiar el chip.
LA NUEVA GENERACIÓN
En 2018 pegó Cristiano la espantada y se fue a la Juventus. Gareth Bale no asumió nunca el papel de líder. Marco Asensio no explotó y tampoco lo hizo Eden Hazard que llegó después, pero Florentino tenía los ojos puestos en el mercado brasileño, de donde iban a llegar las nuevas estrellas, y un año tras otro cayeron por el Santiago Bernabeu Vinicius Junior y Rodrigo Goes. Con ellos y con Ancelotti de vuelta, se ganó la decimocuarta en 2022.
Aquel título fue casi sorpresivo. nadie lo esperaba por entonces, por eso se disfrutó más entre la afición, jugadores y directiva, además de que se recordará siempre por las colosales remontadas ante PSG, Chelsea y Manchester City. Pero ese año sufrió Florentino Pérez una gran derrota: cuando creía que Kylian Mbappé estaba atado, el francés terminó renovando con el PSG hasta 2025 y el presidente no pudo redondear el equipo que quería.
El nuevo Santiago Bernabeu estaba en marcha. La colosal obra debía estar lista para finales de 2023 o principios de 2024, y Florentino soñaba con inaugurar el estadio con grandes futbolistas, aunque sin olvidar del todo a Mbappé. En el verano de 2023 fue a por el inglés Jude Bellingham y lo sumo a la plantilla, a un mediocampo donde ya brillaban Fede Valverde, Eduardo Camavinga y Aurelién Tchouaméni, estrellas con sus selecciones, y donde seguían Kroos y Modric.
Desde antes estaba atado otro brasileño, Endrick, y de Italia llegó Brahim, quien había salido cedido en busca de minutos y juego. El Madrid estaba conformando una plantilla colosal, pero Florentino sabía que le faltaba la guinda, el jugador que siempre soñó para comandar el proyecto y parece que en los últimos días lo acabó de amarrar, según reportes de prensa, que no confirmación oficial. Pero ya sabemos, el río no suena por gusto.
En julio habrá inauguración oficial -u oficiosa- del Bernabeu y será también la presentación de blanco de Kylian Mbappé. O al menos eso es lo que suponemos todos que debe pasar. Con la llegada del galo y la presencia en el club de hasta cinco de los mejores 10 jugadores del mundo, el Real Madrid puede iniciar una nueva etapa, forjada de manera diferente a las anteriores. Esta vez no fue solo dinero por los cracks, sino incluyó el fichaje de jóvenes talentosos y también de estrellas.