En tres días, el domingo 14 de julio, los ojos del mundo estarán puestos en el Estadio Olímpico de Berlín. Ese día se jugará la gran final de la Eurocopa de Alemania 2024, que pondrá frente a frente a las dos mejores selecciones del llamado viejo continente, las de España e Inglaterra, las cuales, tras un largo camino y un mes de actividad, se merecieron el derecho de pelear por el título.
España lo hizo por la parte más dura del organigrama. De hecho, cayó en el llamado Grupo de la Muerte, junto a Italia y Croacia y aún así salió adelante sin problemas. Y luego se encontró a las no menos poderosas selecciones de Alemania y Francia, en la élite histórica del fútbol mundial, y también pasó. Su presencia en la final la ganó por mérito propio y está más que justificada.
Inglaterra sufrió. En más de una ocasión tuvo que venir de abajo. Pero eso de pelear en desventaja le sirvió para ir forjando un equipo poderoso, que no se achicó nunca, y que está jugando mejor en el final del torneo que al principio, y encima de eso, a entrenador Gareth Southgate no le ha temblado la mano a la hora de sustituir jugadores y eso ha ayudado en los últimos choques. También es merecido finalista.
¿QUÉ PUEDE HACER A ESPAÑA CAMPEÓN?
Luis de la Fuente logró reunir a una gran equipo. Recibió críticas en las convocatorias previas, por lo haber llamado a Sergio Ramos o a Brahim Díaz. El primero ya viene de vuelta y con 37 años no le inspiraba mucha confianza al entrenador, quien, por demás, no quiere caudillos en el vestuario. El aboga por el bloque, por la homogeneidad, esa que obliga a todos a pelear como iguales.
Tampoco le entró nunca por los ojos Brahim, quien no tuvo más opciones que 'fichar' por Marruecos. Aunque en esta selección cabe el delantero del Real Madrid, pero ahora mismo nadie se acuerda de él y la afición y la prensa creen que el técnico lo está haciendo muy bien. Solo le falta darle la última estocada al torneo y para eso no hará falta Brahim, porque, salvo el lesionado Pedri, tiene a todo el mundo bien y enchufado.
Pedri se lesionó en cuartos de final ante Alemania, por una entrada de Toni Kroos, pero su salida del campo le ha venido como una bendición al equipo, porque eso representó que Dani Olmo jugaría como titular todo el tiempo. Incluso, en el mismo partido ante los germanos, cuando entró por Pedri, Olmo demostró que era una figura muy importante en el esquema del entrenador.
Ante Inglaterra vuelve a escena Dani Carvajal, para muchos el mejor lateral derecho del mundo, y eso le dará un plus a España, cuya zaga, por más que algunos crean -entre ellos el que esto escribe- que no es lo mejor del equipo, se ha comportado a gran altura desde el mismo inicio, a pesar de alguna baja ocasional, como las de Robin Le Normand y Carvajal.
España no ha tenido un artillero descomunal, pero tampoco le ha hecho falta. Los goles se los han repartido Morata, Nico Williams, Fabián, Carvajal, Dani Olmo, Rodri y Lamine Yamal. Hasta en eso, la labor de equipo ha sido fundamental, Cuando uno no estuvo, apareció el otro, y al final sobrevino la victoria. Es el gran candidato para levantar el trofeo, pero esto es fútbol y las finales hay que ganarlas.
UNA INGLATERRA DE MENOS A MÁS
A los ingleses le llovieron las críticas desde el mismo inicio. Nadie, sobre todo los analistas ingleses, la mayoría de ellos exjugadores, podía creerse que una selección con tantas estrellas, con tantos jugadores de nivel, jugara tan mal. Y tan así fue que en más de una ocasión la selección de los tres leones estuvo a punto de quedar en el camino. Para la mayoría, las culpas eran de Southgate.
El técnico no hacía jugar al bloque. El fútbol era poco vistoso y los cracks ingleses se atascaban cerca de la portería rival y no hacían valer su clase. Bastaba con ver los nombres de Harry Kane, Bukayo Saka, Jude Bellingham... el primer día, ante Serbia, el atacante del Real Madrid los salvó con un cabezazo imperial. Eran los primeros tres puntos y les harían mucha falta.
Kane le dio un punto ante Dinamarca y un empate sin goles ante Eslovenia cerró al clasificación, y el pase a los octavos. En la primera parte de las fases de muerte súbita se encontraron a los eslovacos, que ganaban hasta el minuto 95. Casi estaban fuera los ingleses, pero sobrevino un corner, un balón peinado que le cayó en posición incómoda a Bellingham, quien solo pudo pegarle de chilena y gol, empate y a seguir.
Kane marcó nada más comenzar los dos tiempos de prórroga y consiguió el pase a cuartos. Inglaterra sobrevivía a duras penas aún. Nadie confiaba en ella. En cuartos, más de lo mismo. Embolo adelantó a Suiza al minuto 75. Fue un jarró de agua fría el gol, pero Bukayo Saka igualó poco después y los ingleses ganaron en los penales. Y por no ser menos, Países Bajos se adelantó en semifinales, pero otra vez los de Southgate le dieron la vuelta.
Fue el mejor partido de los ingleses. Al técnico no le tembló la mano a la hora de hacer cambios y le salieron bien. Tendrán que hacerlo mejor ante España si quieren levantar la copa, pero desde adentro piensan que si llegaron a la final, luego de superar tantos escollos, por qué no serán capaces de hacerlo ante los españoles. Los jugadores creen y la afición también. ¿Será el primer gran título para Inglaterra en 58 años? Esperemos a ver...