Hablar sobre Eritrea, una de las naciones participantes en París 2024, es tomar en cuenta a una nación que proviene del Reino de Aksum, uno de los estados más importantes del mundo antiguo, se estableció en lo que hoy es Eritrea y el norte de Etiopía alrededor de los siglos I o II. Este reino, conocido por su influencia y poder en la región del Cuerno de África, adoptó el cristianismo poco después del surgimiento de la religión, marcando el inicio de una tradición cristiana en la región que perduraría a lo largo de los siglos.
Apuesta en los Juegos Olímpicos con Bet365Tren al pasado
Durante la Edad Media, la región de Eritrea experimentó varios cambios políticos. Gran parte del territorio pasó a formar parte del Reino de Medri Bahri, mientras que otra porción se integró a la República de Hamasien. Estos estados independientes y sus sucesores jugaron un papel crucial en la configuración política de la región antes de la llegada de los imperios europeos.
La Eritrea moderna surge de una compleja historia de conquistas y fusiones políticas. Durante el período de expansión europea en África, la región fue incorporada por los colonizadores italianos, quienes establecieron la Eritrea italiana. Esta inclusión en el Imperio Italiano es una de las etapas definitorias en la historia del país, marcando el inicio de una nueva era de dominación y conflicto.
En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el Imperio Británico conquistó Eritrea en el contexto de la campaña de África Oriental. Esta intervención británica preparó el terreno para una transición política significativa. En 1952, Eritrea fue anexionada al Imperio Etíope, formando la Federación de Etiopía y Eritrea. Sin embargo, esta unión forzada provocó tensiones y descontento entre los eritreos, que finalmente desembocarían en la guerra de independencia.
La lucha por la independencia eritreana se prolongó por más de tres décadas y culminó en 1993 con el reconocimiento internacional de Eritrea como un estado soberano.
¿Y los Derechos Humanos?
En la actualidad, Eritrea es un estado de partido único, donde las elecciones nacionales han sido repetidamente pospuestas. El gobierno del país ha sido criticado a nivel internacional por su historial de derechos humanos, considerado uno de los peores del mundo. Según Human Rights Watch, el régimen eritreano mantiene un control severo sobre la sociedad y restringe drásticamente las libertades civiles.
El servicio militar en Eritrea es obligatorio desde los 17 años hasta los 50 años. Aunque la ley establece que el servicio militar debe durar 18 meses, en la práctica, el ejército y las autoridades extienden el período de manera indefinida, lo que ha llevado a muchos ciudadanos a huir del país en busca de libertad y seguridad.
Además, Eritrea es conocida por su falta de libertad de prensa. Todos los medios de comunicación locales están bajo control estatal, lo que ha llevado a que el país sea clasificado como uno de los peores en términos de libertad de prensa, solo superado por Turkmenistán y Corea del Norte en los índices mundiales.
Eritrea y su presencia en los Juegos Olímpicos
Eritrea hizo su debut en los Juegos Olímpicos en el año 2000 durante los Juegos de Sídney. En esa ocasión, el país envió una delegación de tres atletas que compitieron en eventos de atletismo, marcando el inicio de su participación en el escenario olímpico. Aunque en esos primeros Juegos no se lograron medallas, el compromiso de Eritrea con el deporte internacional estaba claramente establecido.
El verdadero hito para Eritrea llegó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En esta edición, el atleta Zersenay Tadese se convirtió en un héroe nacional al ganar la primera medalla olímpica para Eritrea. Tadese finalizó en la tercera posición en los 10,000 metros masculinos, un logro que no solo destacó su talento, sino que también puso a Eritrea en el mapa olímpico de manera significativa. Este éxito subrayó el potencial deportivo de Eritrea y marcó un punto de referencia para futuras generaciones de atletas.
Eritrea hizo su debut en los Juegos Olímpicos de Invierno en 2018 en PyeongChang, Corea del Sur. Este evento representó un momento histórico para el país africano, ya que la participación en los Juegos Olímpicos de Invierno es una hazaña notable para naciones con climas predominantemente cálidos. En esta edición, Shannon-Ogbnai Abeda compitió en eventos de esquí alpino, demostrando la diversidad de los intereses deportivos de Eritrea y ampliando su presencia en el ámbito olímpico.
El Comité Olímpico Nacional de Eritrea fue formado en 1996, un paso crucial para el desarrollo del deporte en el país. Su reconocimiento oficial por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) llegó en 1999, lo que permitió a Eritrea competir oficialmente en los Juegos Olímpicos. La creación de este comité subrayó el compromiso de Eritrea con el deporte y proporcionó una estructura para apoyar y promover a los atletas locales en competiciones internacionales.
El futuro en el deporte olímpico de Eritrea
Desde su debut en el año 2000, Eritrea ha mostrado un crecimiento significativo en su participación en los Juegos Olímpicos. El país ha pasado de competir únicamente en eventos de atletismo a hacer historia en los Juegos Olímpicos de Invierno. La medalla de Zersenay Tadese en 2004 sigue siendo un símbolo de los logros y el potencial del deporte en Eritrea.
A medida que Eritrea continúa desarrollando su infraestructura deportiva y apoyando a sus atletas, el futuro olímpico del país promete nuevas oportunidades y desafíos. La dedicación y el esfuerzo de los atletas eritreo están dando forma a una historia olímpica que, aunque aún en sus etapas iniciales, ya ha dejado una marca indeleble en el mundo del deporte.
Su estrella actual: Biniam Girmay
Biniam Girmay, uno de los ciclistas más destacados del país, ha sido seleccionado para ser el abanderado de Eritrea en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024. La ceremonia, que se celebrará el próximo viernes, será un evento espectacular que recorrerá durante cuatro horas el río Sena, marcando el inicio oficial de las competiciones olímpicas.
Sin embargo, a pesar del reconocimiento que Girmay representa para Eritrea, muchos de los principales contendientes en las pruebas de ciclismo no estarán presentes en la ceremonia de apertura. Esto se debe a que el calendario de competencias olímpicas ha obligado a los ciclistas a priorizar su descanso y preparación en lugar de participar en la procesión inaugural. La primera jornada de ciclismo se inicia con las contrarrelojes femeninas y masculinas el sábado por la tarde, seguidas por las carreras de montaña el domingo y el lunes.
El papel de Girmay como abanderado no solo destaca su talento y compromiso, sino también el creciente perfil del ciclismo eritreo en el ámbito internacional. Su participación en la ceremonia de apertura será un momento de orgullo para Eritrea y una ocasión para celebrar el progreso y los logros de sus atletas.
Con los eventos de ciclismo comenzando tan pronto como el sábado, la concentración y la preparación de los ciclistas serán cruciales para su rendimiento. Aunque muchos optan por evitar la ceremonia de apertura, el entusiasmo y la expectativa por el inicio de las competencias están en aumento, y los aficionados de todo el mundo esperan ansiosos ver cómo se desarrollan las pruebas en París.
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