El Sevilla se ha convertido en un cementerio para los entrenadores en los últimos meses. Hasta tres técnicos han estado al frente del equipo en la presente temporada y los dos primeros no lograron sacarlo del barreno en que ha caído: fuera de competiciones europeas, eliminado de la Copa del Rey, y a dos puntos de perder la categoría para la próxima temporada.
El equipo andaluz arrancó mal la temporada. Algunos de los principales jugadores del equipo se marcharon en verano, y la directiva no encontró o no buscó relevos, y eso se paga en el campo, sobre todo porque ya no iban a contar con una zaga formada por el brasileño Diego Carlos o el francés Jules Koundé. Y encima de so, el veterano Jesús Navas, uno de los mejores laterales derechos del mundo una década atrás, va para 38 años.
En la UEFA Champions League, al equipo que entonces entrenaba Julen Lopetegui le tocó el Grupo H, junto al Manchester City, el Borussia Dortmund y el Copenhague FC de Dinamarca, y las fuerzas no le dieron más que para una victoria y dos empates, insuficientes para seguir en lidia, y sin otra opción que jugar los dieciseisavos de la Uefa Europa League.
ADIÓS A LOPETEGUI
Lopetegui es un gran entrenador. Lo demostró en el Oporto, luego en la selección española y hasta en el Real Madrid, aunque en el club blanco se penalizan rápido los malos andares y Florentino Pérez lo cesó luego de un par de partidos malos, y cuando aún se mantenía vivo en todas las competiciones. Después, el Sevilla le abrió las puertas y durante años floreció un lindo proyecto que, al final, terminó por agotarse.
El 5 de octubre de 2022, luego de una derrota por 1-4 ante el Borussia Dortmund, en el Ramón Sánchez Pizjuán, la directiva sevillista informó el cese del técnico. La noticia no asombró a nadie, porque era algo que se veía venir, que estaba sobre la mesa desde muchos días atrás, por la constante presencia del director deportivo del club, Ramón Rodríguez (Monchi) en la ciudad deportiva.
A Lopetegui no le había ido nada bien tampoco en el arranque de la Liga. En su estreno, ante el Osasuna en El Sadar, cayó por 2-1. El entrenador mostró en conferencia de prensa cara de resignación por primera vez. No solo no contaba con Diego Carlos y Koundé, sino que tampoco tenía a sus órdenes al argentino Lucas Ocampos, a quien el club decidió ceder por una temporada al Ajax de Amsterdan por cuatro millones de euros.
En la segunda fecha apenas logró empatar en casa ante el Real Valladolid (1-1), y luego cayó ante el Almería en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Era el peor arranque en mucho tiempo: un solo punto de nueve disputados, pero los males no terminarían ahí, porque entonces llegó el Barcelona y le endosó un 0-3 en casa. La primer victoria fue sufrida ante el Espanyol en el RCDE Stadium.
En la sexta fecha igualó 1-1 con el Villarreal como visitante en La Cerámica. Y Lopetegui ya se tambaleaba. En la siguiente fecha, el 1 de octubre, el Atlético fue verdugo por 2-0 en el Pizjuán. Era fin de semana y tres días después llegó el Dortmund y sentenció al entrenador que llevó al equipo a un título de UEFA Europa League. Por él llegó el argentino Jorge Sampaoli, en tanto el español consiguió trabajo enseguida con el Wolverhampton, décimo tercero en la Premier, tres puntos sobre el descenso.
SAMPAOLI, SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS
El argentino, que había entrenado al equipo en la temporada 2016-2017, firmó por el resto de la presente campaña y la siguiente. En su primera etapa al frente del cuadro hispalense lo llevó al cuarto puesto, que es meterlo en Champions, pero entonces recibió la llamada de su país para entrenar a la selección nacional, y se despidió de la afición sevillista y se fue a entrenar camino al Mundial de Rusia 2018.
Pero el 6 de octubre regresó y, entre otras cosas, le retiró la confianza a algunos jugadores, entre ellos Isco Alarcón, que había sido un pedido expreso de Lopetegui, luego de haber finalizado su vínculo con el Real Madrid. El otrora internacional español no estuvo bien con Julen y el argentino no le dio muchas oportunidades, porque enseguida cayó en un ostracismo que terminó con la rescisión de su contrato en diciembre.
Ya con Lopetegui, el Sevilla igualó en casa 1-1 frente al Athletic de Bilbao y luego le ganó 1-0 al Mallorca en casa de este. Parecía el resurgir y lo confirmó con un empate ante el Valencia, pero el Real Madrid lo golpeó duró con un 1-3 en el Santiago Bernabeu, que afectó tanto que el Rayo Vallecano le ganó 0-1 en el Sánchez Pizjuán. Los males seguían, eran de fondo y Sampaoli tampoco los podrá conjurar.
Así llegaron los dieciseisavos de UEFA ante el PSV holandés y consiguieron avanzar a cuartos, no sin sufrimiento, porque, luego de ganar 3-0 en la ida, vieron como los de Países Bajos, se pusieron a punto de empatar en la vuelta. En octavos también sufrió para deshacerse del Fenerbahce turco, e irá en cuartos con el verdugo de los clubes españoles, el Manchester United, que se ha cargado en las fases previas al Barcelona y el Real Betis.
Pero ahora, el andar en la Liga, aún con Lucas Ocampos de vuelta, terminó por hundir a Sampaoli, al cual la afición le bajó el pulgar, y la directiva llegó a un acuerdo con José Luis Mendilibar, que firmó hasta el final de la presente temporada, con la condición, al parecer, de evitar el descenso y buscar acercarse lo más posible a los puestos que dan plazas para las competiciones europeas.