En el mundo del fútbol, las noticias corren como el agua. A veces más de una como para que el lector o el aficionado no tengan mucho tiempo para analizar una, porque ya entró otra y así día tras día, hora tras hora, un un caudal incesante desde cualquier país u cualquier liga, y mucho más en estos días finales del mercado de fichajes del veranos, en el cual los clubes intentan redondear sus plantillas.
Desde Francia corrió como la pólvora la decisión del ya exseleccionador sub-23 Thierry Henry, de dejar el puesto de mando de la escuadra olímpica, con lo cual se desvanece también la opción de que se hiciera cargo de la absoluta tras la Copa Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026, si finalmente abdicaba Didier Deschamps, o lo hacían abdicar de una vez.
Por Otra parte, Joaquín Sánchez, el mítico mediapunta del Real Betis, el Málaga y la Fiorentina, se ha olvidado por completo de su pasado como jugador, incluso hasta de presentador de televisión, y se ha convertido en una especie de director deportivo del equipo de sus amores e intenta, desde su nuevo puesto, devolver las alegrías a una afición que aún lo sigue adorando.
JOAQUÍN VA A POR VITOR ROQUE
La situación de Vitor Roque en el Fútbol Club Barcelona no es noticiaNoticia fue su llegada, planificada por la directiva como una jugada para tapar la confirmación del fichaje de su compatriota Endrick por el Real Madrid. Lo demás era sabido: Xavi Hernández nunca lo quiso, apenas le dio oportunidades, y luego, al ver que no era lo que buscaban, el club intentó deshacerse de él.
Por Vitor Roque se pagaron 30 millones al momento y había otros 30 en la recámara, que se abonarían de acuerdo al cumplimiento de ciertas condicionantes, y al ver que no le interesaba a su anterior entrenador y tampoco al de ahora, el alemán Hansi Flick, el director deportivo blaugrana, Deco, tiene la tarea de encontrarle un sitio al brasileño para no tenerlo sin inscripción al menos seis meses.
Mientras el joven atacante se va con Brasil para disputar un par de partidos amistosos y sacarse de encima las presiones que vive en el Barcelona, Joaquín intenta llevárselo al Betis, donde, de seguro tendría espacios y la posibilidad de demostrar la clase que enseñó en Brasil y que en el Barcelona le han negado. Para lucir, hay que jugar y en el Real Betis, a las órdenes de Manuel Pellegrini, tendrá opciones.
El puesto de Joaquín es nuevo para él. Pero de esas cosas sabe, porque se ha pasado dos tercios de su vida en las canchas de fútbol, y al menos buen ojo tiene. Y puede que Vitor Roque no dé las exigencias del Barcelona, pero en Sevilla son otras y tal vez el chico se adapte. Aunque eso ya no sería problema de Joaquín, porque lo suyo es ponerlo allí y en esas cosas anda. Y muy serio, por cierto.
En el Barcelona buscan otras salidas. El club necesita deshacerse de jugadores, sobre todo de aquellos que tienen los salarios más altos, y aunque parece que no convencerá, por ejemplo, a Frenkie de Jong, según medios de prensa, tiene la mitad o más del trabajo hecho con Ilkay Gundogan, quien acaba de decir que se marcha, en espera de lo que suceda con Ferrán Torres, otro que tampoco encaja.
LAS SALIDAS, EL GRAN PROBLEMA DEL BARCELONA
El Barcelona tiene jugadores con fichas demasiado altas en la plantilla y ningún jugador con esos salarios estratosféricos se querrá marchar, porque ningún otro club le pagará lo que gana en la Ciudad Condal. Para hacerlo, el club catalán debería asumir, al menos, una parte del salario, y esas son cosas que pasan más en el mundo del béisbol profesional, por ejemplo, que en el fútbol.
Eso quiere decir que Frenkie de Jong, quien tiene el salario más alto de La Liga, no se marchará. Hansi Flick cuenta con Lewandowski, que también gana mucho, pero que el técnico considera que es decisivo, y de hecho lo fue en el partido de estreno ante el Valencia en Mestalla, con un par de goles, uno de ellos de penalti. Así que el polaco se queda.
Ferrán Torres espera para marcharse, porque sabe que no cuentan con él. Ansu Fati igual, e Ilkay Gundogan. Solo que este último, que tiene un salario altísimo, no se irá a cualquier lugar. A sus 33 años cree que le queda mucho fútbol, y que gana lo que merece, por lo tanto no irá a cualquier club con tal de aliviar las penurias económicas del Barcelona. Creo que solo saldrá a un grande de la Liga Premier, o a uno similar de la Bundesliga.
Encontrarlo será el problema, aunque de eso, en lugar de Deco, se encargará más su representante, porque sabe que si se queda, aunque cobre su salario íntegro, tendrá problemas para entrar en el equipo titular, sobre todo porque Flick, al parecer, llegó a Barcelona convencido de que apostará por los chicos jóvenes de la cantera, que es justo lo que necesita la directiva.
Así que los directores deportivos y los representante tendrán mucho trabajo por delante hasta el 30 de octubre, fecha de cierre del mercado de veranos, aunque todo parece indicar que los últimos días o tal vez las últimas horas, serán de un ritmo infernal para encontrarle acomodo a cada uno de los jugadores. Para Joaquín será importante armar equipo, para Deco dar salida, dos funciones muy distintas.