Qatar 2022 es el primer mundial de fútbol post pandemia, y debido a la magnitud del evento y a que han pasado casi 3 años de los primeros brotes, no se mencionó la posibilidad de cancelarlo, como sí ocurrió con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que fueron puestos para 2021.
Apuesta en fútbol con Bet365Aún así, la SARS COV-19 sigue en la vida de todos, y como muchos virus, llegó para quedarse, por lo que las actividades difícilmente pueden detenerse.
Qatar 2022 llegó como uno de los primeros mega eventos deportivos donde el uso de cubrebocas no es obligatorio, pero como era de esperarse, una nueva ola de Covid (ya no sabemos en qué número vamos), pero que se esperaba entre otoño e invierno, ha llegado.
Las aglomeraciones en las calles de Doha, los Fan Festivals, los partidos, las fiestas, los vuelos, hicieron predecible que muchos de los visitantes terminarán contagiados por Covid y otros con influenza.
En los primeros días de la Copa, un mexicano comentó que había dado positivo a coronavirus. En el video muestra que acudió a una clínica de Doha, donde pagó aproximadamente 7.5 dólares por la consulta; le dieron la medicina y lo encerraron en la habitación de lujo de un hotel que el gobierno qataríe provee para que hagan una cuarentena de 5 días.
En esa habitación reciben desayuno, comida y cena, y aunque suena tentador, la verdad es que nadie quiere estar encerrado durante un mundial a causa de una enfermedad.
Por otro lado, se reportan escenas en el aeropuerto de Doha que como nuestra fuente reveló “las salas parecen hospital” , debido a la cantidad de personas enfermas.
Otros más reportan que en los aviones de regreso a sus países, la gente tose tan fuerte que “parece competencia a ver quién lo hace más fuerte”, lo que sin duda enciende las alertas rojas sobre esta nueva ola de Covid.
Sin embargo hay otro problema que va relacionada con los vuelos, ¿cuántas personas con resfriado o síntomas de Covid o influenza no se están subiendo a los aviones para evitar perder sus vuelos a sus destinos finales?
Esperemos que esta situación no escale a mayores, aunque el panorama es totalmente diferente a lo que vivimos en 2020 cuando la gran mayoría de la población mundial no estaba inmunizada frente al virus, pero lo que es un hecho es que hay que aprender a vivir con el mismo, pero también cuidarse a uno mismo y por ende, a los demás.