Cuando juegan el Real Madrid y el Barcelona, todo lo otro que ocurra en el mundo del fútbol es secundario. El choque entre los dos grandes de España, el resto de las rivalidades o de las noticias vinculadas al más universal pasan a un segundo plano. No importa que el culebrón Mbappé vuelva a escena, o que la Copa Mundial esté a la vuelta de la esquina: juegan los blancos y los blaugranas y ya eso determina el resto.
El clásico español es el más seguido del mundo. Un partido en el Camp Nou o en el Santiago Bernabéu lleva más gente a los televisores que un River Plate-Boca Juniors, que un Milán AC-Inter, o que un Manchester United-Liverpool. Al lado de este, el Celtics vs Rangers, en Escocia, apenas es importante, lo mismo que el turco Galatasaray vs Fenerbahçe, o el portugués Oporto versus Benfica.
Tampoco le hacen competencia el Lazio-Roma, o el uruguayo Peñarol versus Nacional, el mexicano Chivas contra América, todos en el mundo del fútbol. Ni tampoco la rivalidad Lakers de los Ángeles contra los Celtics de Boston de la NBA, ni el Yankees de Nueva York-Media Rojas de Boston del béisbol profesional de Estados Unidos. Por esa razón, el derbi español cautiva al mundo desde mucho antes del pitazo inicial.
El partido es una gran batalla y, como toda contienda, coge calor desde antes con declaraciones de los protagonistas, con historias traídas a colación por los medios, los influencers, las redes sociales, que no pierden la ocasión para sacar rédito del mismo y hacerlo cada vez más atractivo. Las comparaciones están a la orden del día, muchas veces -o siempre- sostenidas por los colores que se defiendan.
Es así desde hace muchos años y no parece que vaya a cambiar, por mucho que algún directivo, jugador o entrenador considere que solo es un partido más, o que solo son tres puntos en juego y que no se trata de una final de ningún torneo. Todos saben siempre que hay cosas en juego, sobre todo el honor, o el disfrutar hasta el siguiente clásico, y ya eso aporta un valor suficiente.
UNA GOLEADA EN EL RETROVISOR
La última vez que se enfrentaron ambos equipos, fue en el estadio del Real Madrid, y los blancos, entonces líderes cómodos de la Liga Española, se llevaron una goleada estruendosa (0-4), no obstante el partido no logró cambiar la dinámica del Barcelona, y mucho menos la del equipo que entrena Carlo Ancelotti. Los blaugranas se mantuvieron lejos de sus rivales en su pelea por el título español.
El Madrid iba cómodo en Liga, peleaba por seguir adelante en la Champions, la cual ganó, al final, luego de remontadas espectaculares, y perder el partido ante el Barcelona dolió, pero entonces sí fue uno más, aunque a los catalanes les sirvió para asegurarse el segundo puesto del torneo español, en un año sin títulos, con cambio de entrenador incluido, y eliminados de cuanta competición participaron.
Para algunos, la victoria ante el Real Madrid ha sido el único gran éxito de Xavi Hernández en el tiempo que lleva al frente del Barcelona. A finales del año anterior sustituyó a Ronald Koeman al frente del banquillo, y aunque tenía opciones de clasificarse a los octavos de Champions y de seguir con vida en la Copa del Rey, no pudo lograrlo. Y en Liga tampoco pudo remontar la abismal diferencia con el actual campeón.
En esta campaña, El Barcelona arrancó muy bien la Liga y ahora mismo acumula los mismos puntos que el Madrid tras ocho fechas, pero va primero por diferencia de goles. Eso sí, ya empiezan a escucharse las primeras voces en contra del técnico, que ha perdido dos de cuatro partidos en la UEFA Champions League y está a punto de ser enviado por segunda vez a la Europa League.
¿JUGAR BIEN O GANAR?
Para los seguidores del Barça -para aquellos acérrimos fanáticos que no suelen admitir jamás los reveses y que lo justifican con toda clase de argumentos-, el fútbol solo es entendible desde el buen juego, llamado así al sistema que alguna vez instauró Johan Cruyff y que después perfeccionó Pep Guardiola, cuando se encontró una constelación de estrellas encabezadas por Lionel Messi.
Si no tienes la posesión de la pelota y haces que el rival corra detrás de ella sin rumbo, y si no logras marcar así, para los culés juegas mal. Es el famoso pensamiento único, propio de la filosofía del fútbol en aquella parte de España, para la cual otro modelo, digamos de transiciones, de contragolpe, de dos pases y a correr hasta la portería rival, no juegas bien y tu modelo no vale.
Tan es así que Cryff es poco menos que el profeta y Guardiola su referencia terrenal. Xavi, como heredero de Pep tiene la encomienda de hacer que su equipo juegue al toque, domine con la pelota y gane. Pero esto último, salvo en la Liga este año, no le ha salido bien. Incluso, en más de una ocasión han recurrido a los centros al área, a veces en abundancia, como en los dos últimos partidos de Champions ante el Inter.
Hasta en 81 ocasiones tiraron centros ante los milaneses, olvidando los postulados cruyfistas. El Madrid, en cambio, prefiere ganar. A veces le entrega la pelota al rival, defiende bajo, y luego salen como bólidos a contragolpear. Ese sistema, que no excluye jugar al toque, con pases cortos y rápidos y triangulaciones, también les ha dado resultados y los ha llevado a la cima de Europa en 14 ocasiones.
UN PRONÓSTICO... NO CREO
En este momento, el Madrid está en mejor momento que el Barça. Porque ya tiene boleto seguro a octavos de final, no conoce la derrota en la temporada, en la que solo ha empatado un par de veces. Primero ante Osasuna en Liga y hace unas horas frente al Shakhtar Donetsk ucraniano por la Liga de Campeones, una competición en la cual ya está en octavos de final.
Cierto que en los últimos partidos no han estado acertados de cara a puerta los discípulos de Carlo Ancelotti, pero son situaciones que pueden cambiar de un choque a otro, porque oportunidades han generado, a veces muchísimas, como ante el Shakhtar Donetsk en el Santiago Bernabéu, incluso frente al Osasuna. En esto incidió la lesión del delantero centro Karim Benzema, que estará en el once inicial frente al once culé.
El Madrid tiene dudas sobre dos jugadores. Hasta ahora no se sabe si el arquero titular, Thibaut Courtois, podrá estar en la alineación inicial, luego de algunos días con problemas físicos, incluso sin que haya podido entrenarse con el resto de sus compañeros. Y lo mismo pasa con el central Antonio Rudiger, héroe en Varsovia ante el Shakhtar Donetsk, quien tiene una herida de 20 puntos en la frente.
En el Barça faltará el mejor defensor, el uruguayo Ronald Araújo, lesionado para rato, y también el zaguero central danés Andreas Christensen. Incluso, el también defensor Jules Koundé parece que llegará a tiempo, pero solo si fuerza, algo que de seguro hará porque Xavi Hernández no se puede permitir una derrota más, so pena de poner en riesgo su condición de entrenador.
El resto de los jugadores parece estar en óptima forma, pero eso no garantiza ganar, porque en el fútbol siempre hay cosas que condicionan el juego y solo el que mejor lo haga, el que tenga más acierto, o explote mejor sus ventajas, se llevará a casa los tres puntos. Aunque un empate tampoco es descartable, y mantendría la supuesta paridad que llevan hasta ahora en la Liga.
Para mí, ganará el Madrid. Tiene mejor condición física, hombres que son bólidos sobre la cancha, su mediocentro funciona mejor y su línea defensiva es más compacta, pero en el fútbol se gana con goles y Robert Lewandowski mete menos desde las filas culé. Si la zaga blanca controla al polaco, el Madrid estaría cerca de un triunfo que puede marcar el inicio del fin del Barça de las palancas.