Ningún club de fútbol del mundo gastó más dinero en los pasados mercados de verano e invierno que el Chelsea inglés. En Stamford Bridge pensaron que era el momento de dar un golpe sobre la mesa y volver a la cima de la Liga Premier, además de continuar su camino en la Liga de Campeones, donde ya aseguraron su presencia en cuartos de final, gracias, entre otras cosas, a los nuevos fichajes.
Cuando se abrió el período de compras y ventas de invierno, el dueño del club, Todd Boehly, abrió su billetera y complació al entrenador Graham Potter, quien había sustituido al alemán Thomas Tuchel, con el que el mandamás tuvo algún que otro encontronazo, por la diferente forma de ver el fútbol y los torneos en los cuales estaba involucrado uno de los mejores clubes ingleses de los últimos años.
La Gran Copa Mundial del mediocampista argentino Enzo Fernández disparó hasta cinco veces su precio, pero eso no fue motivo para que el Chelsea fuera a por él y lo sacara del Benfica, previo pago de 121 millones de euros, lo cual lo convirtió en la venta más alta de todo el referido mercado en el mundo. Aunque, para los fanáticos del Chelsea fue una buena inversión, al extremo de que ya tiene hasta su canción.
SOÑAR A LO GRANDE
A Todd Boehly no le bastó con el campeón mundial argentino, quien, a todas luces, será la pieza angular del nuevo proyecto del club y que ya rinde sus primeros frutos, y quiso darle más opciones a Potter, tal vez para que el técnico no se pudiera quejar después de la confección de la nueva plantilla. Para eso, buscó hombres para todas las demarcaciones del campo, desde atrás hacia adelante.
Además de Enzo, el Chelsea pagó 80 millones de euros por Wesley Fofana, un zaguero francés de 200 años de edad, que jugó dos temporadas y media en el Leicester City inglés, a donde había llegado desde el A. S. Saint-Étienne de su país natal. Para un defensor, la cantidad del traspaso fue alta, pero demuestra que el club no iba a poner peros al intentar formar un equipo ganador.
También para la zaga llegó Marc Cucurella, un canterano del FC Barcelona, al cual compraron por 65 millones de euros al Brighton, en una operación que dejó estupefactos a muchos analistas, que no terminan de creerse que un jugador como el español pudiera haber sido vendido en ese momento, más propio de cracks que de defensores convencionales del carril izquierdo.
Otro monto enorme, de 70 millones de euros, más muchos en incentivos, soltaron para hacerse con los servicios del extremo ucraniano Mijailo Mudryk, proveniente del Shakhtar Donetsk. Mudryk, de 22 años de edad, es un atacante muy veloz, pero con poco recorrido en la élite como para pagar una cantidad tan grande por él, sin haberse probado aún en la gran competición, más allá de que hizo buenos partidos ante el Real Madrid en Champions.
El Chelsea también compró al delantero Raheem Sterling, de 28 años, al Manchester City por 56 millones de euros, y pagó 38 por el defensor central Benoît Badiashile Mukinayi, un franco-congolés de casi 22 años y un físico espectacular, proveniente del AS Mónaco. Todo eso sin que lograran vender a muchos jugadores con los cuales no contaba el entrenador para su proyecto.
MÁS ENTRADAS Y PENDIENTES DE SALIDAS
Aún en esa situación, entraron Malo Gusto (30 M€), Chukwuemeka (18 M€), Andrey Santos (12 M€), Aubameyang (12 M€), Datro Fofana (12 M€) y João Félix, quien arribó desde el Atlético de Madrid, cedido a cambio de 11 millones de euros. Y aún así hubo espacio para Slomina y Zakaria, por quienes el club pagó nueve millones por cada uno. La situación se volvió imposible, algunos no se pudieron inscribir, y ahora se abre un tiempo de ventas desesperadas.
Y ahora, a medida que se acerca la ventana de mercado de verano, ya filtran desde el Chelsea el nombre de hasta 12 jugadores que tienen todas las papeletas para salir entre ellos el mismo Pierre Emeric Aubameyang, que entró por una puerta y va a salir por la otra, posiblemente al atractivo mercado de la Malor League Soccer, de Estados Unidos, convertida en un 'cementerio2 para los grandes jugadores.
A esta lista hay que sumar al propio Sterling, a l croata Mateo Kovacic, al atacante alemán Kai Havertz, o incluso al zaguero Ben Chilwell y el mediocampista Mason Mount, por los cuales ya preguntaron dos grandes de la Liga Premier, como Manchester City y Liverpool. Además del estadounidense Christian Pulisic, cuya salida estuvo cerca en el verano porque no termina por asentarse en el equipo.
Por último, suenan los nombres de Loftus-Cheek, el capitán César Azpilicueta, Hakim Ziyech y Conor Gallagher, todos ellos con historia, talento y pedigrí como para que los grandes clubes de Europa desembolsen buenas cantidades por ellos, tal vez tanto como se gastó el Chelsea en los pasados mercados de invierno o verano.
Si logran vender a todos los que están en la rampa de salida, el equipo de Stamford Bridge habrá recuperado las inversiones y contará con un equipo muchos más joven, a la medida de su entrenador, y con opciones de recuperar las posiciones que perdió en los últimos años en la Premier, aunque tenga demasiado difícil jugar la próxima Champions, al menos si no gana la presente edición, porque parece que no quedará entre los cuatro primeros del torneo doméstico.