El FC Barcelona recibe este miércoles en el Spotify Camp Nou a su bestia negra, el Bayern de Múnich alemán, con la obligación de vencerlo para mantener las últimas esperanzas de estar en la fase de octavos de final de la UEFA Champions League. Sin embargo, ni un triunfo como local puede garantizarle al equipo que entrena Xavi Hernández no volver por segundo año consecutivo a la UEFA Europa League.
Luego de cuatro fechas, el equipo catalán ocupa la tercera plaza del Grupo C, con una victoria, dos derrotas y un empate, ocho goles a favor y siete en contra, justo en el año de las palancas, la famosa maniobra del presidente Joan Laporta y su junta directiva de vender parte del patrimonio para poder salir al mercado y comprar jugadores con los cuales poder competir en igualdad de condiciones con los grandes de Europa.
Para que el Barcelona no se quede fuera, el Inter no podría ganar uno de los partidos que le restan, uno de ellos ante el Viktoria Plzen checo y el otro frente al Bayern de Múnich. El equipo italiano suma siete puntos y una victoria más lo llevaría hasta los 10, lo máximo que pueden conseguir los cules, quienes, sin embargo, tienen el gol average perdido frente a los de Simone Inzaghi.
El Barça puede ganarle al equipo bávaro, aunque la experiencia y la memoria digan que suele perder, incluso con relativa facilidad, pero de ahí a que se clasifiquen a los octavos de Champions va un largo trayecto, porque también el Inter puede ganarle al modesto equipo checo. Por lo tanto, tendrían que juntarse los astros y permitir que los locales ganen en el Camp Nou y que el Inter caiga en el Giuseppe Meazza.
Incluso, si eso ocurriera en la quinta fecha: derrota del Inter y victoria del Barcelona, todavía faltaría la última jornada, una oportunidad más que el Inter logre una victoria, con la condicionante de que su rival entonces, el Bayern, tiene asegurado el primer puesto del grupo desde la cuarta fecha. Eso quiere decir que el camino del club catalán está casi sentenciado a jugar una competición de perdedores en los próximos meses.
EL SUEÑO DEL SEXTETE A PUNTO DE MORIR
La temporada anterior fue dura para el Fútbol Club Barcelona. El primer equipo no levantó ni un título y a pesar de cesar a Ronald Koeman y de fichar a Xavi Hernández, fueron echados de la Champions League, la Copa del Rey, la UEFA Europa League y quedaron segundos en la Liga Española, muy lejos del Real Madrid, a la postre el gran vencendor en el fútbol europeo.
Si el Barça no hubiera ganado nada, y el Real Madrid tampoco, en el Camp Nou hubieran estado tranquilos, pero cada derrota suya estuvo marcada por una victoria del gran rival. Los blancos ganaron la Supercopa de España y La Liga Española, la Champions. Y ya sabemos cómo eso escuece en el otro lado del puente aéreo, al extremo de que Laporta y su junta apelaron a las famosas palancas para hacer un equipo competitivo.
Luego de incorporar al danés Andreas Christensen y al marfileño Frank Kessié, que llegaron libres del Chelsea y el Milán AC, la directiva fichó a Marcos Alonso, Robert Lewandowski, Raphinha, Héctor Bellerín, y renovó a Ousmane Dembelé. Entonces, los medios y los voceros del Barcelona comenzaron a hablar del sexteta, en referencia a los seis títulos que consiguieron una vez, en la ya lejana época del Guardiola entrenador.
Durante semanas solo se habló de eso, de los seis títulos, pero la derrota en Champions ante el Bayer Múnich, apenas en la segunda fecha de la competición, y luego el revés frente al Inter de Milán en el Meazza, y el empate en el Camp Nou, dejan casi en el aire la posibilidad de reinar en Europa, porque sería casi un milagro que lograran pasar a octavos y seguir con opciones de ganar la Champions.
DEMBELÉ Y LEWANDOWSKI
El fin de semana, el Barcelona se midió en casa al Athletic de Bilbao, ahora a las órdenes de Ernesto Valverde, el último entrenador que le dio algún triunfo importante a los catalanes. El equipo vasco, que venía de jugar muy buenos partidos podía ser un medidor importante para comprobar el nivel de los de Xavi Hernández de cara al gran enfrentamiento ante el Bayern de Múnich.
Y el Barça pasó la prueba. Goleó y sometió a su antojo al Athletic, que nunca encontró la forma de parar a Ousmane Dembelé, cuya situación ha dado un giro radical en la plantilla y de un jugador casi residual por momentos, se ha convertido en pieza clave de un proyecto que necesita de él un día sí y otro también, porque de sus piernas salen las mejores jugadas y las grandes oportunidades de gol.
El francés hizo el primer gol frente al equipo de Bilbao, luego de una gran jugada. Y si fuera poco, dio asistencias para las dianas del polaco Lewandowski, de Sergi Roberto y de Ferrán Torres, con los cuales se completó una goleada total, que permite a los culés llegar cargados de energía a su primer partido decisivo de la temporada. Eso sí, lo harán ante unos rivales que suelen olvidar lo que pasó con anterioridad.
Más allá del gol y las tres asistencias de Dembelé, quien se ha ganado el puesto de titular, sobre salió Lewandowski, quien asistió con clase al francés para que abriera el marcador con un cabezazo picado, por enima de la zaga del Athletic. Y marcó el segundo de los goles, al zafarse con claridad de un defensor para el 2-0. Unos y otros necesitarán estar finos este miércoles si el Barça pretende ganar.
MAL CONTRA LOS GRANDES
Ya dijimos que el Bayern de Múnich s la bestia negra del Barcelona. NO es un secreto para nadie y desde Can Barça lo saben y solo esperan que Xavi haga todo lo posible por romper el maleficio de una vez, sumar su primera victoria en mucho tiempo ante el equipo muniqués, y mantener vivo el sueño de la Champions, pero las secuelas de los últimos partidos grandes rondan sobre el Spotify Camp Nou.
Hace poco más de una semana, el Barça lideraba la Liga Española con la misma cantidad de puntos que el Real Madrid, pero con mejor gol average. Entonces, llegó la hora del primer clásico, jugado a estadio lleno en el Santiago Bernabéu, el mismo escenario donde los catalanes ganaron por 0-4 el año anterior, a un equipo centrado en la Champions, porque tenía la Liga casi ganada.
Con bombos y platillos llegó el equipo de Xavi al feudo del Real Madrid, pero se fue con las manos vacías, y arrastrando una dolorosa derrota que lo dejó a tres puntos del actual campeón y líder. Ese día no apareció Raphinha, tampoco lo hizo Dembelé, ni Sergio Busquets, ni Frenkie de Jong, que volvió a la titularidad en detrimento del impetuoso jovencito Pablo Martín Páez Gavira, más conocido como Gavi, ganador de varios premios en los últimos días.
Solo cuando el técnico decidió quitar a Dembelé, Raphinha y De Jong, y darle entrada a Gavi, Ansu Fati y Ferrán Torres, jugó el Barcelona un poquito mejor, aunque al final se llevaron la derrota y la sensación de los aficionados de que para ganar la Liga y cualquier otra competición, tendrían que aprender a ganar los partidos decisivos, algo que a este equipo parece que le falta.
Ahora, de nuevo, toca un choque trascendental, el que puede marcar el final de su paso por la Champions 2022-2023. Para ellos es importante ganar y si no logran pasar, será otra cosa. Seguirá siendo un fracaso, pero lo que no pueden permitirse es perder ante el Bayern -o empatar- y facilitarle las cosas a un Inter de Milán que se habrá convertido en la gran sorpresa del grupo C.
En Cataluña, el entrenador del Barça aún tiene crédito, pero una derrota en casa -la enésima- frente al Bayern, lo dejará muy tocado y no es de dudar que desde entonces comiencen a revolotear sobre su cabeza los fantasmas del cese, de un despido que podría acabar con todos los sueños de aquellos que un día se durmieron pensando en que el otrora jugador les regalaría un sextete.