Cristiano Ronaldo se desvinculó del Manchester United a finales de año y se fue al fútbol Saudita. Muchos pensaron que el portugués había dado por terminada su carrera y se había ido al Al-Nassr por un puñado, grande de millones de dólares, pero al parecer el luso fue solo un precursor, el hombre que abrió el camino a muchas otras estrellas de las principales ligas europeas.
CR7 no es el único foráneo en el equipo que juega en la capital del reino saudita. Allí también militan los brasileños Anderson Talisca y Luis Gustavo, el argentino Pity Martínez y el arquero colombiano David Ospina, entre algunos otros. Pero esos son futbolistas normales, que se mudaron al país para estirar sus carreras y hacer un poco más de dinero con el cual enfrentar sin preocupaciones su futuro. Sin embargo, luego llegaron otros.
Entre esos que removieron el firmamento del más universal en Europa para irse a Arabia Saudita está el delantero del Real Madrid Karim Benzema, ganador del último Balón de Oro. El francés renunció a la renovación automática con el equipo de la capital española, a la capitanía, a la posibilidad de seguir ampliando su palmarés como el hombre con más títulos en el club por unos 200 millones de dólares por dos temporadas.
CRISTIANO, BENZEMA, KANTÉ…
Benzema había dicho en más de una ocasión que quería terminar su carrera vestido de blanco, pero el fútbol, muchas veces, te hace cambiar de opinión, y el galo no estuvo exento. Esos 200 millones de dólares, más otros 20 y la posibilidad de un tercer año significan tanto, o más, que todo lo que ganó en su prodigiosa estancia de 14 años en el Santiago Bernabeu. Era como para no pensarlo dos veces, hacer las maletas e irse al Al-Ittihad Jeddah Club.
Siguió los pasos de CR7 y pasó a formar parte de una plantilla en la que ya militaban muchos extranjeros, entre ellos los brasileños Romarinho, Marcelo Grohe, Igor Coronado,y Bruno Enrique, o el angoleño Hélder Costa. Todos lo entendieron, hasta el Real Madrid, que le abrió las puertas a su atacante de 35 años, casi 36, y lo dejó ir. Tras él llegó Ngolo Kanté, un internacional francés de 32 años, con mucho fútbol que ofrecer aún.
Kanté ganará el Arabia seis veces más de lo que recibía en el Chelsea inglés, con el cual se negó a renovar. También fue un movimiento justo para algunos, pero lo que no imaginaron los amantes del fútbol fue que las locuras sauditas no terminaron con él. La negativa de Lionel Messi a seguir los pasos de CR7 y Benzema, en lugar de aplazar los ánimos, los lanzó por los aires y los clubes sauditas salieron a la busca de jugadores más jóvenes, con más proyección.
Messi recaló en el Inter de Miami, el equipo de David Beckham, en una liga que le quedará como anillo al dedo, lo mismo que la ciudad, donde el español y el inglés se codean como lengua principal, y donde viven latinos y admiradores del argentino de muchos países de la región, desde México hasta Uruguay. Pero Arabia quiso dar una vuelta más a la rosca: no iría a por los ilustres veteranos, sino por jugadores en plenitud de condiciones.
Entre una cosa y otra, pujaron por Luka Modric, el veterano delantero del Real Madrid, ganador del Balón de Oro de 2018 y quien aún juega como los dioses, pero este, al parecer, tiene suficiente con lo ganado en su ya dilatada carrera y prefiere permanecer cerca de su familia, en la capital española, que mudarse a un lugar con costumbres muy diferentes, las cuales les costaría asumir a sus hijos.
BERNARDO SILVA, RÚBEN NEVES, KOULIBALY
Al terminar la presente temporada, el Barcelona español puso los ojos en el portugués Rúben Neves, un jugador de 26 años recién cumplidos que había tenido una buena temporada con el Wolverhampton Wanderers de la Liga Premier de Inglaterra. Todo parecía hecho, con salario acordado y todo, pero, de pronto, el centrocampista le dio marcha atrás, porque se va al Al Hilal saudí, por una cantidad que se desconoce, pero que es mucho mayor que lo ofrecido por el club culé.
Al Hilal pagó 55 millones de dólares por su fichaje y parece que tiene atado a Kalidou Koulibaly, el franco-senegalés que defendió los colores del Chelsea. Según medios de prensa, el club árabe pagará 25 millones por su traspaso, algo que se da casi por hecho. E igual sucederá con el arquero Edouard Mendy, otro de Stamford bridge, que juega para la selección senegalesa. Los medios no hablan de salario, pero todos saben que debe ser alto.
La lista es más marga. A ella hay que sumar a otro del Chelsea, Hakim Ziyech, un delantero marroquí de 30 años que también se irá a Arabia Saudita, lo mismo que el centrocampista ghanés Thomas Partey, quien jugó para el Arsenal. O Marcelo Brozovic, un volante croata del Milán AC, también de 30 años, una edad en la cual están para jugar al máximo nivel en Europa, pero los millones de Riad tienen mucho peso.
En esta lista entra también el portugués del Manchester City Bernardo Silva, quien, según varios medios, ya tiene casi cerrado un acuerdo para dejar el Manchester City e irse a jugar a la exótica Saudi Pro League. Tampoco se sabe cuánto ganará, pero seguro que será mucho más de lo que le paga Pep Guardiola, quien lo acaba de hacer campeón de la UEFA Champions League, un torneo en el que fue puntal en semifinales ante el Real Madrid.
Bernardo Silva tiene 28 años. No cumplirá 29 hasta el venidero 10 de agosto y con esa edad clasifica ahora mismo entre los mejores centrocampistas del mundo. El equipo árabe que lo fiche no solo podrá darse el lujo de tener un campeón de Europa en sus filas, sino un futbolista de gran nivel, capaz de llevar a su equipo a un título. Tal vez para él, por su fútbol, no sea el mejor sitio, pero para su billetera y su fortuna sí. Arabia Saudita busca una Copa Mundial y empezó por contratar a grandes estrellas.