Los partidos de ida de las semifinales de la UEFA Champions League acabaron con los vaticinios de algunos, ratificaron los de otros, dejaron a un equipo al borde de la final y a otros dos en plena batalla por hacerse un hueco en el partido definitivo, previsto para el 10 de junio en el Estadio Olímpico de Ataturk, en la ciudad turca de Estambul. Inter de Milán parece más cerca, al menos por ahora.
Luego de la victoria por 2-0 el miércoles en San Siro ante el Milán AC, los seguidores del Inter durmieron a pierna suelta, pero no así el técnico interista, Simone Inzaghi, que tiene claro que a la eliminatoria le quedan al menos 90 minutos, un tiempo en el cual pueden ocurrir muchas cosas, sobre todo porque su condición de locales es ficticia, porque el Giuseppe Meaza es el mismo campo, que solo cambia de nombre en dependencia de la localía.
Lo cierto, la semana de espera entre los dos primeros partidos y los de vuelta, sirve para alimentar elucubraciones, predicciones, apuestas, para calentar el mundo del fútbol, que sigue la semifinal con la convicción de que verá a las grandes estrellas dejarlo todo sobre la cancha para acercarse un poco más a la gloria, que es lo mismo que a los grandes premios individuales y colectivos.
¿PEP VERSUS ANCELOTTI O HAALAND CONTRA VINICIUS?
Antes de jugarse la ida en el Santiago Bernabeu entre el Real Madrid y el Manchester City, los fieles de Guardiola y del equipo inglés dieron por muerto al equipo español. Analistas, agoreros, influencers, tertulianos y fanáticos de medio mundo creyeron que Erling Haaland y compañía pasarían como una tromba sobre el rival, sin importar de que jugara en casa del campeón de Europa.
Hubo quien fue más atrevido, como el exdelantero del Manchester United Wayne Rooney, quien en una de sus columnas semanales en la prensa inglesa, dijo que el City pasaría como un rodillo sobre el Madrid, porque el equipo de Guardiola era el mejor del mundo. No solo va a ganar, comentó, sino que va a aplastar a los de Ancelotti, pero no resultó tan así y ni uno ni otro sentenciaron la final.
El Madrid, con un golazo de Vinicius Junior, marcó cuando mejor jugaba el rival. Y el City hizo lo mismo: cuando el Real dominaba a su antojo, y tenía acorralado al líder de la Liga Premier, se apareció Kevin de Bruyne con un zapatazo imperial y puso el 1-1 con el que finalizó el partido. Sin olvidar que antes, y después, ambos tuvieron opciones de marcar. La última gran ocasión fue del Madrid, tras un disparo potente de Aurelién Tchouameni desde fuera del área grande.
Ahora toca la vuelta, que se jugará en el Etihad Stadium, un sitio donde el City no pierde desde hace mucho tiempo, con la condicionante de que el Real Madrid nunca sentenció fuera una eliminatoria europea sin haber ganado en casa en la ida. Son solo cábalas de los medios para llenar páginas, porque no me parece tan favorito el equipo de Guardiola, sobre todo después de ver lo que pasó en la ida.
Puede ganar uno u otro. Puede ser finalista el City y repetir el Madrid. La victoria aún no hará a ninguno de los dos campeón de Europa, aunque será un paso importante, porque solo le quedarán otros 90 minutos para levantar la gloria. Yo creo que pasará el Real Madrid. Creo que la presión por no haber ganado nunca estará en el pensamiento de los jugadores del equipo inglés. Y de eso se aprovechará Ancelotti.
SIN VENTAJA DE CAMPO
El Inter de Milán tiene dos goles de ventaja. No suena a definitivo, pero es importante, y con el Milán AC no vale aquello de que será visitador en el Giuseppe Meaza. Será el mismo campo de la ida, y posiblemente, entonces, con la presencia del portugués Rafael Leao, el hombre grande en el ataque rossonero, que se perdió la ida por una lesión, sin estar descartado para la próxima semana.
El Milán tiene que salir a buscar un gol, a ponerse a tiro para ganar, o al menos forzar un empate en el tiempo reglamentario, y eso le dará opciones extras al Inter, pero tendrá que aprovecharlas, porque si es el rival quien marca, mal le va a ir en el partido. De todas formas, ventaja es ventaja y solo hay que ver cómo se gestionan los tiempos del juegos, las estrategias.
Al fútbol le hace bien que un equipo italiano, y mejor lombardo, llegue a una final de Champions tras más de una década de sequía. Es una muestra de que el Calcio se recupera luego de mucho tiempo de capa caída. De cualquier manera, llegar a la final no representará nada si no logran ganarla. En frente habrá un rival tremendo, cualquiera sea el ganador del otro pareo.
Hace unos meses, cuando le preguntaron a Carlo Ancelotti si prefería al Milán AC en cuartos de final, dijo que mejor le dejaran a los rossoneros para el partido final. Si el Real Madrid elimina al City y el equipo de Stefano Pioli elimina al de Simone Inzaghi, se habrá cumplido una de las predicciones más espectaculares de los últimos años, que pondría frente a frente a los dos clubes con más historia en el fútbol europeo.
Para ese hipotético momento falta un mes. Ahora toca aguardar al martes y miércoles de la próxima semana, a las vueltas de las semifinales de la Champions, a esos pareos que le quitan el sueño a la afición, los jugadores y los técnicos. Otra vez se jugará fútbol de gran nivel, con la diferencia de que uno de los rivales de cada día no saldrá vivo del campo. El ganador irá por la gloria y el perdedor se quedará con el consuelo de haber llegado a semifinales.